Casillas se queda huérfano en Portugal

Íker Casillas se queda en el Oporto como una especie de «niño huérfano» después de la marcha de Julen Lopetegui . El entrenador vasco era el gran valedor para que el exguardameta del Real Madrid se asentara en tierras portuguesas. Pero ahora su aval se ha visto obligado a salir por la puerta de atrás del estadio Do Dragao, igual que le sucedió a él mismo cuando lloró al despedirse del Bernabéu el verano pasado. ¿En qué situación permanece el portero de la selección española de fútbol (aunque cada vez con más competencia por parte de David de Gea ) a cinco meses de celebrarse la Eurocopa de Francia ? Pues en un lugar nada cómodo.

El Madrid ha procedido exactamente igual con Rafa Benítez , pero la sensación de haberse equivocado al jugar en una liga de menor nivel, como la portuguesa, vuelve a su mente. Mucho más cuando el Oporto ha descendido a la tercera posición en la tabla clasificatoria, empatado a 37 puntos con el Benfica y a cuatro del fortalecido líder, el Sporting de Lisboa que dirige el siempre polémico Jorge Jesus.

Le guste o no a Casillas, la luz al final del túnel no parece que vaya a vislumbrarse pronto en el equipo bicampeón de Europa , ampliamente derrotado contra el citado técnico portugués: el año pasado cuando comandaba el Benfica y hoy en el banquillo de Alvalade. Para colmo, este panorama sobreviene en vísperas del derbi local en casa del Boavista , antesala de un nuevo enfrentamiento entre ambos en los cuartos de final de la Copa de Portugal. No es que el Boavista (en puestos de descenso) parezca un rival de altura para el Oporto, pero los duelos entre clubes de la misma ciudad siempre adquieren un cariz distinto y cualquier cosa puede suceder.

Los ánimos de los aficionados se hallan muy exaltados , y la legión de los Súper Dragones ya ha evidenciado que no se anda con titubeos a la hora de presionar a los jugadores incluso de madrugada, cuando regresan de cualquier choque importante.

Así aconteció hace un mes, después de sucumbir en Stamford Brigde ante el Chelsea de Mourinho (curiosamente fulminado poco después). Y ahora, pese a que Lopetegui ya no figure en el «staff» de Do Dragao, quién sabe cómo reaccionarán si no se endereza el camino.

El entrenamiento de este viernes mismo corrió a cargo de Rui Barros, exjugador de la casa que integraba el entorno profesional del exseleccionador español sub-21. Una solución provisional porque el controvertido Jorge Pinto da Costa , presidente del Oporto desde hace 34 años y sospechoso de contratar seguridad privada ilegal, sueña con un preparador portugués de renombre internacional.