Fútbol femenino
Carlos Santiso en el paredón
El técnico del Rayo Femenino recibe el oprobio de la opinión pública por su bochornoso audio privado de hace tres años
Pocas horas después de suplicar a la opinión pública el perdón por lo que calificó de «broma machista impresentable», Carlos Santiso se enfrentó por primera vez al veredicto general al sentarse en el banquillo de la Ciudad Deportiva del Rayo para dirigir a su equipo ante el Valencia. El entrenador franjirrojo, el enemigo público número uno tras desvelarse el contenido del bochornoso audio de Whatsapp en el que hace cuatro años bromeaba con realizar una violación grupal para hacer equipo, se veía obligado a dar la cara en el momento de mayor apogeo de la polémica.
A Santiso, que se declara arrepentido y avergonzado por aquellas palabras, le esperaban en Vallecas muchos medios de comunicación, aunque no demasiados aficionados, bastante más pendientes del partido de Copa del equipo masculino ante el Mallorca. El asunto, en todo caso, lo impregnaba todo. En uno de los fondos, junto a la valla que da al Camino Real de Arganda, dos pancartas dejaban claro que el grueso de la afición rayista sigue con el pulgar hacia abajo: «La Franja no se mancha. Fuera machistas», y «Santiso fomenta la violación. Presa le protege. Jugadoras… ¿vais a aceptar esto?», eran las leyendas que se podían leer en cada una de ellas. También en el acceso principal del recinto se colgaron cartulinas de colores con lemas contra el machismo y exigiendo la salida inmediata del técnico. Y de paso, también, la del presidente vallecano, Raúl Martín Presa.
En la grada, Rita Maestre y Carolina Alonso , portavoces en el Ayuntamiento de Más Madrid y Podemos, se hacían notar para expresar su apoyo a las jugadoras franjirrojas y reclamaban la inmediata dimisión del técnico. Antes también se posicionó el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, para quien la brutalidad expresada en el audio resultaba «absolutamente incompatible» con dirigir a un equipo de fútbol.
Así, casi una semana después de saltar el escándalo. Santiso y la directiva del Rayo Vallecano siguen solos, agarrados el uno con el otro contra lo que parece la opinión casi unánime de sus alrededores . El club es el único que acepta el perdón y respalda la continuidad de un entrenador que asegura sentirse «destruido como ser humano». La filtración del audio ya le costó el puesto como seleccionador sub-12 en la Federación Madrileña de Fútbol el pasado mes de noviembre.
Trago para las jugadoras
En el otro lado, políticos de toda índole, federaciones de peñas y plataformas de socios del club madrileño y sindicatos de futbolistas han expresado alto y claro su enfado y contrariedad porque Santiso no haya sido apartado. También se han manifestado las futbolistas del Rayo, que ya venían de una mala experiencia con el anterior entrenador y ahora se ven envueltas en un nuevo escándalo. «Estas declaraciones son contrarias a la dignidad de las mujeres y de una gravedad que no es aceptable», expresó el grupo de mujeres que trabaja con Santiso desde el pasado viernes.
Concuerdan todos los actores que la única posible salida debe partir del Rayo Vallecano, aunque se espera también el pronunciamiento de la Federación Española , que está a la espera de recibir la recomendación recogida en el dictamen de su Comité de Ética para tomar cartas en el asunto. Se ha abierto un expediente a Santiso por contravenir el artículo 26.3 del Código de conducta, que prohibe «cualquier comportamiento verbal, gestual o físico no deseado de índole sexual con el propósito o el efecto de atentar contra la dignidad de una persona». Las posibles sanciones por el incumplimiento pueden alcanzar los 100.000 euros de multa, además de la inhabilitación para ejercer actividades relacionadas con el fútbol federado durante cinco años.
En Vallecas, el fútbol tampoco fue misericordioso con Santiso. El Rayo apenas pudo salvar un empate ante el Valencia (1-1) y el técnico sumó su segundo partido sin ganar desde su regreso. El Rayo, mientras, se mantiene colista, cada vez con menos ilusión y fuerzas para intentar salir a flote.
