Fútbol
El campeón de invierno más débil de la última década
El Barcelona no acababa la primera vuelta con tan pocos puntos (40) desde la temporada 07-08, la del declive de Ronaldinho
«Creo que lo que hicimos fue lo más difícil, que es darle la vuelta al marcador en un campo rival. Creo que perdimos dos puntos hoy. Hay cosas que mejorar, por más que se empate, pierda o gane , hay que evaluar lo que ha pasado y mejorar». El análisis de Luis Suárez tras el empate en Cornellá se viene repitiendo como una monótona letanía durante toda la temporada y no solventa las alargadas sombras que proyecta un equipo que vive instalado en el resultadismo gracias a sus individualidades, sobre todo en la parcela ofensiva.
Cierra la primera vuelta el Barcelona e inicia el nuevo año sin disipar las constantes dudas que le han acompañado a pesar de defender el liderato y lograr un campeonato de invierno compartido con el Real Madrid (le supera por la diferencia de goles). De hecho, habría que remontarse a la temporada 2007-08 para encontrar una puntuación tan baja de los azulgranas al término de la primera ronda (40 puntos). Lastrados por las hecatombes de Roma y Liverpool , varios son los motivos que siguen repitiéndose en el equipo azulgrana, al que esta temporada se le ha sumado una inusitada debilidad fuera de casa, donde los de Valverde se han dejado la mitad de puntos disputados, 15 de 30. Una bipolaridad que explica la escasa fiabilidad de un equipo tan contundente en el Camp Nou.
El partido ante el Espanyol podría servir de resumen perfecto para lo que está viviendo el equipo catalán esta temporada, con continuas desconexiones, fragilidad defensiva, juego intermitente y errores individuales. El gol de Wu Lei encarna la desidia culé, que peca de exceso de confianza y da por ganados los partidos antes de tiempo. No es la primera vez que pierden puntos en el tramo final de un encuentro (Athletic u Osasuna) y que su falta de concentración les supone encajar en los primeros minutos (Betis, Osasuna, Granada, Inter, Leganés o Real Sociedad). Errores demasiado repetidos para tratarse de un mero accidente.
El potencial ofensivo contrasta con una fragilidad defensiva incompatible con la consecución de títulos. La dependencia de Ter Stegen es proporcional a la que se tiene de Messi. El alemán ha salvado numerosos duelos y a pesar de ello el Barça ha encajado 23 tantos en Liga, una cifra inusual desde principios de este siglo. Al rival le hace falta muy poco para generar ocasiones y sumar goles. Demasiadas debilidades para soportar, además, errores individuales , como la pérdidas de balon en la zona de creación o la infantil expulsión de Frenkie de Jong este pasado sábado, que dejó con diez al Barcelona durante un cuarto de hora. Precisamente, Valverde trató de justificar el empate en Cornellá por este motivo. « La expulsión nos ha hecho daño, hemos tenido tres ocasiones para sentenciar y al final en una jugada nos han empatado. Los contrarios se nos cierran, estaban muy motivados y nos ha costado llegar con peligro», se defendía el técnico. Un argumento que no compran en su propio vestuario. «Ellos necesitaban un buen resultado y con 10 nos costó. No creo que la expulsión de De Jong fuera clave porque somos el Barcelona, pero lo importante es seguir trabajando», le contradijo Neto .
Le llega al Barcelona la Supercopa de España , con una semifinal ante el Atlético, con muchas cosas por corregir. Y la prueba de ello es el enfado de Valverde durante el entrenamiento de ayer, que fue de puertas abiertas. El técnico corrigió vehementemente a sus jugadores durante la sesión visiblemente molesto.
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