Premier League

El camino a la gloria de Jamie Vardy

El punta inglés, que acaba de renovar con el Leicester, no responde a la prototípica historia del futbolista de éxito

Vardy celebra el gol anotado frente a Gales AFP

Alejandro Díaz-Agero

La renovación de Jamie Vardy con el Leicester City ensalza la manida figura del «one club man», del jugador que pertenece a la estirpe de leyendas como Del Piero, Maldini, Raúl o Puyol. Al contrario de lo que muchos pudieran pensar, el recientemente nombrado mejor jugador de la Premier League no siempre estuvo ligado a la disciplina de los «foxes». Su periplo hasta alcanzar la cima del fúbol de élite es, cuanto menos, digno de reseñar. Tabaco, alcohol y un recorrido de lo más variopinto por algunos clubes de nivel aficionado de Inglaterra. Son los ingredientes que conforman la historia de Vardy, uno de los personajes del momento en el panorama futbolístico mundial.

El disfrute de su anonimato en las categorías inferiores del Sheffield Wednesday , el equipo de su ciudad natal, lo compaginó trabajando como operario en una fábrica de férulas medicinales del mismo lugar. El club lo dejó sin ficha a los 16 años. Recaló entonces en el Stocksbridge Park Steels , un club de nivel aficionado donde permanecería siete temporadas. El primer equipo le dio una oportunidad cuando había cumplido 19 primaveras. A esa edad, el francés Kingsley Coman disputa estos días la Eurocopa con su selección después de haber ganado liga y copa con el Bayern, además de tener una papel importante en las semifinales de la Champions League. Vardy veía los torneos internacionales por la tele y cobraba 40 euros semanales.

El Halifax Town , equipo semiprofesional inglés, lo fichó para la temporada 2010-2011 por algo menos de 20.000 euros. Su alta producción goleadora (29 dianas) le permitió recalar en el Fleetwood Town de la Conference Premier (cuarta división inglesa). Allí anotaría 31 goles y ascendería a League Two (tercera), que le valieron para conseguir su primer contrato profesional. Se iba al Leicester.

« Venía a entrenar borracho todos los días . Pasó directamente del fondo a la Championship y eso le llevó a beber alcohol todos los días. No teníamos ni idea de qué hacer con él. Yo no me enteré de nada hasta que me dijeron que había llegado borracho al entrenamiento». Así lo cuenta Srivaddhanaprabha, el multimillonario tailandés propietario de la gran sorpresa de la Premier League. El fulgurante salto a un club profesional enturbió las costumbres del atacante británico: no sabía qué hacer con tanto dinero . Su primera temporada en Leicester no fue buena. Afición y prensa le habían puesto la cruz. Añade el magnate que tuvo que hablar con el jugador en privado, y que llegó a raíz de esta conversación la catársis depurativa de la que a la postre saldría el MVP del año en Inglaterra. «Sabíamos que tenía una aceleración explosiva pero no teníamos ni idea de que pudiera ser tan bueno . Se adaptó, trabajó en los entrenamientos y se ha convertido en una nueva persona».

Su segunda temporada, la 2013-2014, Vardy parecía otro jugador . Anota 16 goles, logra el ascenso a la mediática Premier League y consigue el beneplácito de los que antes lo defenestraban.

En su regreso a la Premier los «foxes» no estaban teniendo el rendimiento esperado. El descenso era inminente, pero una racha de seis victorias en siete partidos que comenzó en la jornada 31 sirvió para que el conjunto dirigido por Nigel Pearson alcanzase la milagrosa salvación. A pesar de que Jamie Vardy se afianzó como uno de los baluartes del equipo (disputó 34 partidos de 38), sus cifras anotadoras se resintieron notoriamente. Se quedó en cinco tantos, aunque dos de ellos, frente al West Brom y el Burnley, fueron los que dieron la victoria a los suyos en esas seis épicas victorias del tramo final del campeonato. Este factor, unido al hecho de que Vardy pelease cada pelota como si la vida de un familiar estuviese en juego, hizo que el mesiánico aura de Vardy en Leicester se mantuviese intacto.

Llegó entonces la temporada que está ya en los anales de la historia, la del Leicester campeón. El papel del delantero se explica con el hito conseguido el 28 de noviembre de 2015, día en que superó la racha de Ruud Van Nistelrooy de jornadas seguidas haciendo gol: 11 . Alargaría su registro hasta las 24 dianas, cifra que sirvió para que la Premier League lo condecorase como mejor jugador del año. Su espectacular rendimiento fructificó en la llamada a filas de Roy Hodgson. Vardy debutó el 7 de junio con Inglaterra, y terminaría siendo uno de los 23 de la lista para la Eurocopa . En su debut en la misma, frente a la Gales de Gareth Bale y con un 1-0 en contra, Vardy marcó el gol del empate en un fabuloso remate de tacón a los pocos minutos de saltar al césped. Se consagraba así como todo un referente a nivel internacional, con un séquito mediático detrás solicitando su titularidad por delante de Harry Kane.

Varios medios británicos publicaron hace escasos días unas imágenes en las que el atacante pasea por la concentración inglesa con un paquete de tabaco de liar y una bebida energética en la mano. "No son productos prohibidos", argumentó Vardy cuando le preguntaron por la estampa, fiel al león indomable que regenta su personalidad.

Los cantos de sirena que le llegaron de algunos de los clubes más potentes de Inglaterra no fueron reclamo suficiente para que el jugador del Leicester decidiese abandonar la entidad que le rescató del ostracismo. A pesar de sus 29 años, Vardy afrontará en los próximos meses retos aún desconocidos en su bisoña carrera en la élite. Tras la Eurocopa , la Champions League medirá hasta dónde puede llegar la bizarra fábula en la que se ha convertido la carrera de Jamie Vardy.

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