Barcelona
El secreto de las faltas de Leo Messi: mucho trabajo y los mejores maestros
El diez azulgrana ha convertido los tiros libres en una amenaza constante para el rival, un arma que ha perfeccionado con el paso de los años
Incluso cuando Leo Messi empezaba a brillar con el balón en los pies, había pocas armas que se le resistían. Una de ellas eran los lanzamientos de faltas , pues compañeros como Ronaldinho, Rafa Márquez, Xavi o Henry, todos especialistas, estaban por delante suya cuando se trataba de golpear a puerta. Las cosas, sin embargo, han cambiado desde entonces: hoy es impensable que alguien esté por delante de Messi en lo que se refiere a tiros libres. Es, para muchos, el número uno.
Hacen falta dos cosas para tener un talento así: mucho trabajo y los mejores maestros. Messi ha mamado de ambos principios. Ya en sus inicios era habitual verle golpeando faltas al término de los entrenamientos. Lo hacía observando, entre otros, a Ronaldinho, un especialista cuya bota levantaba a la grada incluso antes de tocar la pelota. Una década después, miles de móviles encienden sus cámaras cuando Messi se aproxima a ella. Su porcentaje de acierto es el mejor de un jugador en los últimos 25 años, con un 9,51% de probabilidades de que una falta suya acabe en gol. O lo que es lo mismo, uno de cada diez lanzamientos tienen éxito.
Es difícil de creer, pero Messi tardó en despegar en esta faceta que tantos y tan buenos resultados le da en la actualidad. Su primer gol de falta no llegó hasta la temporada 2008-09 . Se lo metió al entonces portero del Atlético , el francés Coupet, tras una caraja del equipo rojiblanco de la que se aprovechó el argentino. Las dos siguientes temporadas se cerraron con apenas tres goles en total. Eran los primeros de una ristra de exhibiciones a balón parado.
Su porcentaje de acierto es el mejor de un jugador en los últimos 25 años, con un 9,51% de probabilidades de que una falta suya acabe en gol.
La última llegó hace dos semanas frente al Celta , tras firmar un doblete de tiros libres. Desde aquel estreno en el Vicente Calderón, Messi suma ya 46 goles de falta con el Barcelona, a los que cabría añadir seis más con Argentina; 52 en total . Solo hay un jugador en activo con más goles de falta: Cristiano , con 54 , que vive una sequía importante en este aspecto; su último gol fue en el Mundial de Clubes que disputó con el Real Madrid.
Sin antídoto posible
Messi los ha metido de todos los colores : por debajo de la barrera, picadita por encima, por el lado del portero, al palo largo, con disparos potentes, tirando de pillería... No existe una fórmula para pararle, por mucho que se hayan intentando técnicas tan extrañas como inefectivas, como poner a un hombre tumbado tras la barrera o a un defensa corriendo hacia la portería para cortar el disparo. Nada detiene a Messi.
Sus números hablan por sí solos, y lo hacen de unos registros ascendentes. No fue hasta las 2012-13 cuando superó los cinco goles de falta en una temporada, una cifra que ha superado hasta en cuatro ocasiones más desde entonces, estando, además, muy cerca de hacerlo también en la presente campaña (4) . Su mejor marca data de la 2015-16, cuando sumó 9 goles. La temporada pasada llegó hasta 8.
Un compendio de factores han convertido a Messi en un peligro sin igual como lanzador. Un arma que ha ido perfeccionando con el paso de los años. Así lo indica este dato esclarecedor proporcionado por @2010MisterChip : hasta la 2014-15, el argentino sumaba 12 goles en 174 lanzamientos (6.9%) ; desde la 2015-16, son 22 goles en 174 lanzamientos (12.6%) . Esta temporada su porcentaje es de más del 25% , el mejor de toda su carrera.
ACTUALIZAMOS LOS DATOS DEL PUTO AMO
— MisterChip (Alexis) (@2010MisterChip) November 9, 2019
Efectividad de Messi en faltas directas en La Liga hasta la temporada 2014-15:
👉 12 goles en 174 lanzamientos (6.9%)
Desde la temporada 2015-16:
👉 22 goles en 174 lanzamientos (12.6%)
Su saco de goles de libre directo ha superado al de otros grandes especialistas, acercándose así a los mejores de la historia: Zico con 101, Juninho con 76, Pele con 70, Ronaldinho con 66, Beckham con 65, Maradona con 62, Koeman con 60 y Rogerio Ceni con 56.
Su mejor marca data de la 2015-16, cuando sumó 9 goles. La temporada pasada llegó hasta 8. Esta lleva 4.
Los maestros de Messi
Tal y como contó en una ocasión su excompañero en el Barcelona y amigo Gabriel Milito , Messi siempre tuvo en mente convertirse en un gran tirador: «Un día nos quedamos con Lionel después de un entrenamiento a ver cómo Ronaldinho lanzaba los tiros libres. Le pidió a Jorquera, entonces portero suplente, que le hiciera de sparring. Le tiró 25 o 30. Todas por encima de la barrera. Metió el 80%. En el siguiente partido, apuntó al palo del arquero. Fue gol».
Pero fue Maradona , otrora diez azulgrana y de la albiceleste, quien de verdad ejerció de maestro de Messi, según cuenta Fernando Signorini , preparador físico de la selección durante la etapa del Pelusa, en su libro «Fútbol: Llamado a la rebelión. La deshumanización del deporte»:
«En febrero de 2009, a pocos meses de haber asumido Diego Maradona como técnico de la selección, fuimos a Francia a disputar un amistoso ante el seleccionado local, en Marsella. El día anterior al partido hicimos una práctica en el estadio, donde Diego trabajó con los once titulares en el táctico final y yo me quedé con el resto haciendo un loco hasta terminar el entrenamiento. Cuando dio la orden de terminar, Mascherano, Tévez y Messi le pidieron si podían quedarse haciendo tiros al arco, a lo que Maradona accedió. En un momento, Lionel puso la pelota mirando al arco, un poco sobre la izquierda y cuando le pegó, su remate se fue lejos, por arriba del ángulo de la mano derecha de Carrizo. Hizo un gesto de fastidio y, como enfiló para el vestuario, le salí al cruce: “Decime una cosa, ¿un jugador como vos se va a ir a duchar con esa porquería? Dejate de hinchar las bolas. Agarrá una pelota y volvé a intentar”. Termino de pronunciar eso y veo que viene Diego, que había escuchado todo, como siempre. Lo tomó del hombro y le dijo: “Leíto, Leíto, vení, papá. Vamos a hacerlo de vuelta”. Era como un profesor con un alumno. Y siguió: “Poné la pelota acá y escuchame bien: no le saques tan rápido el pie a la pelota, porque si no ella no sabe lo que vos querés”. Entonces, la acarició con la zurda y la clavó en el ángulo, inflando la red ante la mirada de admiración de Messi, Para los que hablan de celos de Diego, ¿qué celos? Le estaba abriendo el mundo del conocimiento y no le cobró nada. Yo pegué media vuelta y no quise ver más, ya era suficiente. Allí estaba el fútbol argentino».