Laporta consigue los avales a última hora y evita la repetición electoral

Joan Laporta , el segundo presidente más votado de la historia del Barcelona, ha sufrido mucho más de lo esperado para poder sentarse en el sillón que ha heredado de Josep Maria Bartomeu. La dificultad para conseguir el aval que exigen los estatutos del club le han hecho transitar por la cornisa legal que obligaba a la convocatoria de unas nuevas elecciones . Este martes vivió unas horas frenéticas, luchando contra el cronómetro para avalar los 124,6 millones de euros correspondientes al 15 por ciento del presupuesto de la entidad catalana. Una cifra muy superior al patrimonio de sus compañeros de viaje, con los que ganó los comicios del pasado 7 de marzo. Según las normas del club, la candidatura ganadora tiene diez días naturales para presentar el aval ante la Liga (la patronal es la depositaria de la garantía, tal y como marca la Ley del Deporte para cubrir una gestión con pérdidas de la junta entrante), condición indispensable para poder tomar el mando. El plazo expiraba este miércoles, día en el que se realizará el cambio de poderes con la Gestora, paso previo a la investidura.

La marcha de Jaume Giró , mano derecha del nuevo presidente y encargado de conseguir el aval con el que confirmar financieramente su triunfo en las urnas, puso en peligro la proclamación . A falta de 24 horas para que expirara el plazo legal, Laporta solo podía avalar los 50 millones con los que el Banc de Sabadell respondía en caso de pérdidas. El pasado lunes se había truncado la posibilidad de que Audax Renovables avalara los 70 millones que faltaban. La compañía energética exigía la entrada de su vicepresidente, Eduard Romeu, en la directiva con plenos poderes sobre las parcelas de la gestión del club , sobre todo en materia económica y del proyecto del Espai Barça.

Con la espada de Damocles sobre la legislatura de Laporta, el abogado valoró un amplio abanico de posibilidades para lograr los 124,6 millones exigidos. La entrada de un fondo americano de riesgo como HPS Partners (funcionaría como un préstamo del que habría que pagar en torno a seis o siete millones de euros anuales en concepto de intereses), retomar las conversaciones con Audax o ampliar la directiva con varios empresarios que avalaran la cantidad estipulada fueron las opciones que se fueron valorando durante toda la jornada. Tras el almuerzo que varios miembros de la candidatura celebraron en un céntrico restaurante cerca del despacho profesional de Laporta se optó por una fórmula mixta que permitió presentar el aval.

Durante esta tarde, todos los integrantes de la nueva directiva están desfilando por el despacho del abogado para firmar la operación llevada a cabo con el Banc de Sabadell . El aval contará con la participación de Audax, que tendrá representación en la junta, al igual que varios nuevos miembros que serán dados a conocer por el propio Laporta cuando tome posesión del cargo. Eso sí, se ha descartado la participación del fondo de inversión americano. Al margen de reabrirse el eterno debate sobre lo discriminatorio que resulta la presentación de un aval para poder acceder a la presidencia del Barcelona, surgen dudas sobre las contraprestaciones con las que deberá responder el club para agradecer los favores recibidos. Hay que tener en cuenta que ni Audax ni los nuevos directivos captados a última hora estaban integrados en el proyecto primigenio de Laporta ni el socio que votó a la candidatura ‘Estimem el Barça’ tenía conocimiento de que iban a formar parte de la junta. El dirigente ha tenido que acabar aceptando las condiciones que le han impuesto para poder presentar a tiempo los avales. Por este motivo, la rueda de prensa que ofrezca este miércoles será esclarecedora para saber hasta que punto se ha comprometido para poder acceder a la presidencia.

La documentación se enviará esta tarde a la sede de la Liga, que deberá estudiar y dar el visto bueno de los números presentados. Desde el club azulgrana ya se trabaja en la ceremonia de investidura, prevista mañana a las seis de la tarde con la presencia de unas 300 personas.