El bar de Mou
To Bale or not to Bale
Un gestor de egos como Ancelotti debe contar con una buena coartada para tenernos entretenidos con Asensio mientras el galés se pudre en el banquillo

Pues sí, tiene guasa que la responsabilidad del Ridículo Histórico del Real Madrid de Ancelotti ante el Barcelona de Xavi en el Bernabéu haya recaído… ¡en Bale!, cuyas canillas roen todos los cuzcos porque «¡ni siquiera estuvo en el estadio!», prueba, en tal caso, de ... su inteligencia, pues se evitó el espectáculo de Xavi maniobrando en la Castellana como un Patton del fútbol sobre el descalzaperros táctico de Ancelotti en un juego de laberinto infantil devorado por Dembélé como en un comecocos.
–Un desagradecido que nunca se ha integrado en el club, un mercenario que sólo juega por dinero… –venía de escribir la prensa barcelonesa sobre Dembélé, «un mal bicho» y «una cereza podrida en el vestuario».
No menos bizarra, la prensa madrileña se toma como misión histórica denunciar que Bale, leyenda del fútbol, vino con hernia, circunstancia que explicaría, según eso, su volea de Dortmund y su chilena de Kiev, que achican la volea de Zidane en Glasgow. Además, Bale no habla español (Dembélé no habla catalán), pues para sus cosas se vale con el inglés. Unta el pan con mantequilla en vez de con aceite de oliva, como prescribe la dieta mediterránea. No como Benzema, que toca el organillo con el codo, apaga la luz eléctrica a salivazos y moja pan en el vermú. Es más: Bale juega al golf, otro invento anglosajón.
–Bueno, y Ancelotti ¿qué? ¿Ya ha dado alguna explicación de la catástrofe ante Xavi?
–Menudo jeta, el Bale –te contesta el tonto de guardia–. Se quitó de en medio para no jugar contra el Barcelona.
Lleva sin jugar toda la temporada, pero debe de ser talismán, y, al parecer, su ausencia el día del Barcelona determinó el cataclismo. Luego viajó a Gales para jugar contra Austria… y se salió, dejando al piperío con la boca abierta. «To Bale or no to Bale, that is the question». Un gestor de egos como Ancelotti (un ‘agradaor’, se define él) debe contar con una buena coartada para tenernos entretenidos con Asensio mientras Bale se pudre en el banquillo.
–No. No necesito mandar ningún mensaje. Sería perder mi tiempo. Deberían sentirse avergonzados. Es desagradable, es una vergüenza –declaró el futbolista después de su exhibición con Gales, mirando, se supone, a los revistosos del puchero, como en el mundo taurino eran conocidos los gacetilleros de callejón.
Cuatro jugadores (Courtois, Alaba, Militao y Valverde) pidieron perdón a la afición por el golpe de mano de Xavi en Chamartín. Ésa es la cantera. Carvajal, que ha de cuidar las relaciones en el Combinado Autonómico, un chiringuito culé (en su día, con Ramos, justificó los pitos a Bale, pero condenó que chiflaran a Piqué), eligió clicar un ‘me gusta’ a la foto de Jordi Alba, el Empatías, celebrando el 0-4 en el vestuario del Bernabéu. Ancelotti, el gran responsable, prefirió quedarse como estaba en el campo, ‘nota’, o sea, con la ceja en alto.
Las cejas, leemos en ‘La facultad de las cosas inútiles’, pueden ser cortas, medianas, largas, rectas, arqueadas, rotas, sinuosas, muy pobladas, hirsutas… ¡Las cejas de Ancelotti frente a las orejas de Bale!
–Crees que son sólo orejas y ya está ¿verdad? ¡De ninguna manera! ¿Sabes cuántas marcas distintas tiene una oreja? Veinte. Sólo en el lóbulo hay seis. ¡Eso es ciencia!
Ancelotti sucumbió a la ciencia en California, pero aún no nos ha confesado quién planteó la ciencia del partido contra Xavi. ¿Él? ¿Su hijo? ¿El doctor Carballo? ¿Cree que con su silencio va a desconcertar a Tuchel?
Tampoco vale meter a Bale en el saco de Hazard. El belga es Bartleby, el escribiente de Melville, que tenía una frase, nada más que una, para desempeñarse en su empleo en una oficina de abogados de Wall Street (que es como uno se imagina el vestuario de Valdebebas): «Preferiría no hacerlo». Frase que Bartleby varió una sola vez, cuando le comunicaron su despido: «Preferiría no marcharme».
Vale: Bale no juega porque no habla español. ¿Y los canteranos? ¿No hay un solo canterano que hable español para que podamos calibrar si vale o no vale para el fútbol? ¿Están deprimidos, como Pogba, que dice no levantar cabeza desde que en el United lo entrenó Mourinho, que no le dejaba viajar en los desplazamientos en su Rolls Royce, como la choferesa de Cela, siguiendo al autobús del equipo?
Hasta el Bigdata anuncia un final de Liga tebana ajustadísimo entre el Madrid de Ancelotti y el Barcelona de Xavi, que estaba a quince puntos. De perderlo todo, no tapamos el agujero ni con Haaland.
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