Fútbol

La asombrosa carrera de Dani Cancela, el gallego de Hong Kong

Dejó el fútbol español en busca de una experiencia vital que le ha llevado a echar raíces y triunfar en el fútbol hongkonés

Emilio V. Escudero

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El protagonista de esta historia le ha marcado un gol al Arsenal, ha defendido a Zlatan Ibrahimovic o Kevin de Bruyne y ha sido internacional decenas de veces, pero aun así su nombre no aparece en los álbumes de cromos y si lo hace en los periódicos es más por su faceta de corresponsal que por su labor deportiva. Se trata de Dani Cancela (La Coruña, 1981), un futbolista que hizo las maletas hace más de diez años para jugar en Hong Kong y que ha alargado esa aventura hasta convertirla en la etapa deportiva más importante de su vida. Una década en la que ha ganado títulos y acumulado experiencias inolvidables siempre bajo el mismo escudo. El del Kitchee SC, el equipo que le acogió en 2010 y donde se ha convertido en una leyenda tras levantar 21 trofeos, entre ellos siete ligas.

La suya no es la típica experiencia de un español que pone rumbo a una liga extranjera para alargar su carrera deportiva. Desde el principio tuvo claro que su profesión tenía que ser el vínculo para acumular experiencias y no al revés. « Mi mujer y yo siempre tuvimos claro que queríamos salir y vivir esta aventura y queríamos aprovechar el fútbol como vehículo para conseguirlo. No fue una falta de oportunidades en España lo que me empujó a mirar fuera de España, porque jugar en el extranjero siempre fue nuestra primera opción», reconoce a ABC con un marcado acento gallego que no se le ha borrado a pesar de los años lejos de casa. Así, mientras todo el país celebraba el éxito en el Mundial 2010, Cancela y su mujer recibían la llamada que habían estado tanto tiempo esperando. Una oferta de Hong Kong, de un equipo modesto, pero que cumplía con sus expectativas. Así que no se lo pensaron. «Meses antes habíamos visto a ese mismo equipo en ‘Españoles por el Mundo’ y dijimos de broma que estaría bien acabar ahí . Cuando recibí la oferta fue como una señal», señala.

Comenzaba entonces un viaje que tenía que haber durado un año, pero que se ha extendido a lo largo de una década. Periplo vital lleno de emociones que ha permitido a Cancela disfrutar de

Cancela, en Corea del Norte

una carrera inimaginable cuando trataba de hacerse un hueco en la cantera del Deportivo de la Coruña o en sus primeros años como profesional en Segunda B. «Aquí he cumplido ilusiones que si me hubiera quedado en España no habría podido ni soñar. He jugado contra cinco de los seis equipos más grandes de Inglaterra. También contra el PSG. He tenido de compañeros a estrellas como Forlán o Sissoko , y hasta he disputado la clasificación para el Mundial o la Copa de Ásia. A nivel futbolístico mi carrera es todo lo que es gracias a haber venido aquí», señala orgulloso Cancela, que hace tres años se nacionalizó para no ocupar plaza de extranjero y poder jugar con la selección de Hong Kong. « La palabra que define jugar en el equipo nacional es responsabilidad . No tengo ningún sentimiento encontrado. Estoy muy orgulloso de ponerme esa camiseta, porque estoy representando a un territorio, a un país y eso implica que te están eligiendo entre los mejores. Eso es un orgullo y una responsabilidad. Porque el hecho de no haber nacido en Hong Kong quiere decir que estás utilizando el lugar de una persona de Hong Kong que no está allí porque estás tú. Sabes que tienes que dar más porque te lo van a exigir y yo me lo exijo a mí mismo. Si no, me sentiría como un fraude », asume Cancela, que tras el primer choque cultural, inevitable, se enamoró de la ciudad.

En estos diez años reconoce que el fútbol ha cambiado mucho en Hong Kong. Que es más profesional y más atractivo que cuando llegó. «En los primeros años, nosotros entrenábamos en un campo público y cuando se acababa nuestro tiempo, pues teníamos que dejarlo aunque nos estuviéramos jugando la liga . Lo mismo estabas en el vestuario escuchando la charla técnica y entraba un paisano a ducharse, porque compartíamos todo con la gente. Por suerte, hace unos años el club inauguró su ciudad deportiva. Es el único que la tiene, lo que habla del crecimiento que ha tenido tras estos años de éxitos», explica el jugador, que ha ganado siete ligas y hasta 21 trofeos en total. «Somos el primer equipo de Hong Kong que ganó un partido de la Champions asiática. Hemos hecho historia en muchos aspectos», reconoce.

Jugar en Corea del Norte

Con el combinado nacional ha vivido dos de sus experiencias más increíbles, como viajar a Corea del Norte o jugar ante Irak en Basora, una de las ciudades más castigadas por la Guerra del Golfo. «Lo de Corea es muy extraño. Aterrizas en un aeropuerto fantasma, porque solo hay oficiales pero no ves pasajeros. Las carreteras parecen decorados de una película y la ciudad es enorme, pero está siempre vacía, porque a la gente la ves solo en determinados momentos. Es como si te metieran en el túnel del tiempo y estuvieras viviendo hace 80 años. Van vestidos como en la posguerra de España. Es de película, pero de película antigua. Luego, en el campo, que estaba totalmente lleno, solo se animaba cuando les decían que lo hicieran y las gradas se llenaban y se vaciaban por filas. Como un dominó. Fila por fila. Nadie más se movía, como si fuera un videojuego. Así, es difícil centrarse en el partido. Es muy complicado pensar que estás jugando un partido de futbol. Tienes tantos estímulos externos que cuesta centrarse en el césped. Perdimos 2-0 y con la sensación de no haber competido . En Irak, la situación era muy distinta. Jugamos en Basora, que ya suena a Guerra del Golfo , y cuando llegas allí ves que está todo destruido por las bombas. Además, hay decenas de banderas negras que puedes identificar con el Daesh, aunque luego no lo sean. Por toda la ciudad hay mucha seguridad, con carros blindados y gente armada en cualquier esquina. Eso acojona, pero el ambiente del fútbol es más reconocible . Animan mucho. Aquel día era una fiesta para ellos porque hacía mucho que no veían a su selección y allí el fútbol es una religión», recuerda con pasión el gallego, cuyos tres hijos han nacido viviendo en Hong Kong.

«Son ellos los que te hacen pensar más en si volver es la mejor opción. Sé que no me queda mucho -acaba contrato y cumple 40 años en 2021-, pero tenemos proyectos sobre la mesa que son muy interesantes», explica Cancelo, titulado en Derecho y Periodismo. De hecho, en 2014 firmó crónicas como corresponsal para este diario sobre la «Revolución de los paraguas» . Un futbolista con inquietudes, al que no le asusta renococer que las libertades están cada vez más restringidas por parte de China. Presión que fomentó las protestas del año pasado en Hong Kong. Aun así, Cancela se resiste a responder a la pregunta de si volverá a España. «Hace unos años lo tendría claro, pero ahora lo tenemos que pensar».

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