La Liga

Los árbitros se defienden: «No ha habido ni un solo fallo gordo»

Las críticas del Barça no intimidan a los colegiados, que ponen en valor sus arbitrajes

Rubén Cañizares

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Si el Madrid gana la Liga, lo hará por los árbitros. Si la acaba perdiendo, será por la brillante recta final del Barça, capaz de remontarle cuatro puntos, más el goal average, en las últimas cinco jornadas. Esa es la historia que van a vender de manera oficial, sin medias tintas, desde la propia entidad azulgrana -jugadores, cuerpo técnico y directiva al unísono-, medios afines y la totalidad del barcelonismo. En la ciudad condal no les gusta el tono que han adquirido los colegiados y el VAR en este fútbol poscoronavirus y, lejos de valorar sus errores, deportivos y no deportivos, que van camino de costarle una temporada en blanco, han decidido centrar su objetivo en el colectivo arbitral, que hace mucho más ruido y esconde los agujeros propios. Ya saben, escupe que algo queda.

Las palabras de Bartomeu en el palco de La Cerámica nada más acabar el partido contra el Villarreal no han pillado por sorpresa al Real Madrid, ni al Comité Técnico de Árbitrps (CTA), ni a nadie en el mundo del fútbol español. Han sido seis jornadas rumiando por lo que los jugadores azulgranas consideran graves errores a favor de los blancos, desde su prisma claves para decantar el liderato hacia el lado merengue. Pero visto que estos lamentos no funcionaban, el Barcelona decidió que el pasado domingo, el máximo responsable de la entidad tenía que dar un paso al frente: «El VAR siempre favorece al mismo equipo», dijo ni corto ni perezoso el presidente Bartomeu.

Sus declaraciones, en las que también pide un trato equitativo por parte del VAR , que no justo, lo que parece bastante contradictorio, serán valoradas por el departamento de integridad de la Federación para tomar, o no, medidas al respecto. Lo que vino a decir el dirigente azulgrana es que los árbitros toman decisiones adrede a favor del Real Madrid y en contra del Barcelona, una acusación muy grave que está tipificada como sanción en el código disciplinario.

Tranquilidad total

Y es que el estamento arbitral vive ajeno a todo el ruido que se está montando desde el club catalán, sabedores de que sus quejas no van a ningún lado ni van a lograr influencia alguna en las decisiones de estas últimas cuatro jornadas. El Barcelona ha ganado siete de las últimas diez ligas con estos mismos árbitros, y la pasada, la primera con Velasco Carballo como presidente del CTA y la primera con VAR, el equipo culé arrasó a todos sus rivales, incluido el Real Madrid.

«No ha habido ni un solo fallo gordo», reflexionan desde el colectivo arbitral a colación de las acusaciones procedentes del Barcelona. Todas las decisiones que han provocado tanto revuelo en estas siete jornadas tras el parón son juzgadas desde el CTA como correctas y entienden que no se le puede achacar absolutamente nada a los colegiados. De hecho, alucinan con el debate montado el domingo por los dos pisotones en San Mamés, jugadas ambas tan básicas para árbitros de élite que no entienden que aún haya gente que no sepa entender la enorme diferencia que hay entre una acción, la del penalti, y otra, la del pisotón involuntario sin balón en disputa: «Esas jugadas son del día uno de clase. Si montan ese lío cuando acertamos jugadas de libro, el día que nos equivoquemos se monta una guerra civil».

Lo que llama también la atención es cómo uno de los dos equipos que se está jugando la Liga no deja de emitir comentarios y juicios, tanto a nivel privado como público, sobre lo que sucede en los partidos en los que juega el otro equipo candidato al campeonato, hasta el punto de llegar a declaraciones surrealistas como las efectuadas por Bartomeu en La Cerámica. Un camino elegido por el Barcelona que no le va a generar rédito ninguno y que desde el gremio arbitral miran con absoluta indiferencia.

Desde la llegada de Velasco Carballo a la presidencia del CTA, los árbitros se han mostrado mas cercanos y didácticos que nunca y, también, autocríticos. Entienden que cometen errores y entienden que no va a ningún lado considerarse infalibles, porque son conscientes de que no lo son, pero equivocarse no es sinónimo de actuar con premeditación a favor o en contra un equipo en concreto. Es como si un árbitro saliera públicamente a decir que este u otro jugador ha fallado un penalti aposta para que echen al entrenador. Suena a torpeza infinita, además de atrevimiento sin fundamentos, y así consideran desde el colectivo la críticas vertidas hacia ellos en estas jornadas en las que Real Madrid y Barça se están jugando la Liga.

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