fase de grupos
El Villarreal, obligado a no fallar ante el rival más débil
El equipo amarillo recibe al Dinamo de Minsk y aún aspira al liderato de grupo.
Juega el Villarreal en la tercera jornada de la Europa League frente a la perita en dulce del grupo. Tercero en la clasificación, con el Rapid de Viena como líder indiscutible por el momento, el equipo de Marcelino necesita de una victoria contundente para quitarse el mal sabor de boca dejado en el último encuentro liguero, en el que un gran Celta arrebató el cetro de la popularidad en todas las portadas nacionales al submarino amarillo. El técnico asturiano sabe de la importancia del encuentro por un doble motivo: quiere conseguir que la ilusión no se venga abajo tan pronto por un simple traspié y que la posible relajación ante uno de los peores equipos de la competición sea sólo un asunto pasajero en las cabezas de sus jugadores.
El Dinamo de Minsk es uno de esos clubes pocos conocidos dentro del panorama actual europeo que pretende hacerse un hueco poco a poco entre las estrellas secundarias del campeonato a base de jugadores de la cantera. No buscan los bielorrusos grandes inversiones de dólares provenientes de un oligarca financiero como sí ha ocurrido en los últimos años en clubes de países vecinos. Bielorrusia, donde hace una semana su actual presidente se perpetuó en el poder con un 80% de los votos a favor, es un país que aún añora los viejos tiempos soviéticos y esa perspectiva histórica influye en la forma de jugar y gestionar el club en pleno siglo XXI. Sin haber metido todavía ningún gol dentro del tiempo reglamentario en la fase de grupos, con cero puntos y con unas perspectivas nada halagüeñas en lo que se refiere a una futurible clasificación, el Dinamo de Minsk basa todo su juego en el contragolpe y la fortaleza defensiva que empieza en la punta de ataque y acaba en un portero que si tiene un buen día puede aparecer con paradas espectaculares en los mejores vídeos del postpartido.
La estadística también está a favor del Villarreal, toda vez que sus cuatro enfrentamientos europeos ante equipos del antiguo país soviético se solventaron con victorias siempre en esos casos. Empero, el Dinamo también tiene un aliciente estadístico a su favor. La única vez que se ha enfrentado a un equipo español terminó pasando la eliminatoria gracias a un empate como visitante. Ocurrió en la temporada 1987-88, ante la Real Sociedad en la extinta Recopa. Cerca de cuarenta años después, los bielorrusos quieren recuperar sensaciones perdidas en el ocaso del tiempo y pasar, por primera en su historia, a los dieciseisavos de final en la antigua Copa de la UEFA. Un equipo español pretende impedirlo. En juego, una posible clasificación casi certificada para el Villarreal con una más que probable victoria y la lucha por el liderato.