Barcelona-Rayo

El Barça gana pero va desnudo

Exageradísimo resultado para un muy mediocre partido de los azulgrana (5-2)

El Barça gana pero va desnudo Reuters

Salvador Sostres

Hay cosas en las que hay que creer más allá de las evidencias, porque sino, la vida degenera. Yo siempre he creído, por ejemplo, que mi madre es virgen, y que mi concepción fue obra de la Creación. ¡Fue un pájaro! Se empieza pensando que tu madre yace y se acaba votando a la CUP.

En todo ello pensaba ayer cuando llegué tarde a cenar a Via Veneto por culpa del Rayo. Del Rayo Vallecano. Hay que estar enfermo para poner un Barça-Rayo a las ocho y media de la tarde de un sábado. Hay que estar enfermo de resentimiento social y no tener amigos. Todo lo que nos pase lo merecemos si resulta que un equipo de barriada acaba haciendo esperar al chef del gran restaurante de la ciudad.

[Narración y estadísticas del Barça-Rayo ]

El Rayo empezó presionando muy arriba pero sin demasiada eficacia. En el 5, Sergi Roberto le regaló a Rakitic una preciosa asistencia cruzada y «aguardiolada« que el croata remató del modo más vulgar, contra el pecho de Toño. Precisamente el portero del Rayo, tras esta buena intervención, dejó, en desafortunada asistencia, una pelota franca a los pies de Busquets, que vio perfectamente a Suárez desmarcado, pero el delantero uruguayo estuvo igual de mediocre que Rakitic en su disparo.

Y lo que parecía un creciente dominio culé acabó desmentido en el 13 por un gol de Javi Guerra , que remató a bocajarro un centro de Bebé. Alves, distraído. Piqué, mal colocado, rompía el fuera de juego. Bravo no salió a evitar el remate en su área pequeña.

En el 20, Llorente le hizo un penalti tan claro a Neymar que nadie se atrevió a protestarlo. El mismo Neymar , sin tomar carrera, lo transformó engañando a Toño.

La defensa del Rayo era un naufragio pero un Barça negado para el gol sólo podía marcar de penalti. Hasta el minuto 30 de la primera parte, teniendo en cuenta todas las competiciones, el Barça había marcado 22 goles y había recibido 21. Pobre balance, que mejoró un poco en el minuto 30, cuando Neymar fue objeto de otro indiscutible penalti, en este caso de Nacho, que reaccionó con una zancadilla al soberbio caño con el que el brasileño lo había superado. El crack del Barça, otra vez sin carrerilla, engañó de nuevo a Toño chutando al lado contrario del primer penalti.

El partido no tenía descanso, con los dos equipos insistiendo en sus ataques. La superior calidad del Barça le servía para desbordar a la defensa del Rayo, y Sergi Roberto desde fuera del área hizo lucir a Toño en el 38. Nacho en el 40 le hizo otro penalti a Neymar que Pérez Montero no se atrevió —y es comprensible— a señalar.

Acabó la primera parte con el magnífico balance de Neymar: dos penaltis, dos goles y un juego eléctrico e imparable. 40 intervenciones en 45 minutos. Un Rayo generoso, y con buena voluntad, pero de muy inferior calidad, seguía vivo gracias a la inquietante sequía de la delantera azulgrana.

Un Barça agotado

La segunda parte empezó con el protagonismo de Bravo, que defendió bien —estirándose a su izquierda— un disparo de Javi Guerra. Alves, muy vulnerable, permitió que el Rayo tuviera sin solución de continuidad dos ocasiones más en una misma jugada: los dos chuts los rechazó Bravo , en dos intervenciones de mérito extraordinario.

El partido era de una imprecisión total y en el 57 el Barça no había rematado ni una sola vez contra la portería de Toño, y el Rayo había amenazado a Bravo hasta en seis ocasiones. Un Barcelona desdibujado, agotado y sin ninguna idea, daba lástima arrastrándose.

El Barça resistía y el Rayo fluía. Pero el fútbol no es justo, y en el primer disparo a puerta del Barcelona en la segunda parte, Suárez ajustó al palo derecho, Toño rechazó, y Neymar remachó el 3 a 1. Y un minuto más tarde, en el 24, el 4 a 1 subía al marcador, también obra de Neymar, después de una asistencia —que era casi todo el gol— de Suárez. Para redondear la fiesta, en el 31, Suárez remató un centro de Neymar y llegó el quinto. En el 40, Jozabed marcó el segundo del Rayo. Nunca un equipo había merecido tanto un gol.

El Barça tiene un problema de eficacia y el resultado de ayer fue un espejismo. No todos los equipos serán tan ingenuos ni tan pobres como el Rayo. El rey va desnudo y si no se viste rápido pasará frío.

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