Casillas, un capitán liberado

Cuando la gente del Tartiere abandonaba la coqueta instalación, todavía agitado el debate sobre la nueva moda de abuchear a Gerard Piqué en todos los campos en donde juega la selección, asomó Íker Casillas tan pancho por la zona mixta. Fue saludando a sus colegas radiofónicos, regalo sonrisas a la prensa y se detuvo con amabilidad, encantado ahora que su rostro está iluminado. «Es evidente que tengo otra cara», lanzó. Y con esa frase, tan simple y clara, lo dijo todo. Casillas vuelve a ser feliz.

Cuentan del portero que la mudanza le ha sentado de maravilla, que en Oporto se ha liberado. Después de tres años de movidas en el Real Madrid , en donde sintió algo parecido a lo que le pasa a Piqué con la selección, Casillas abandonó el Bernabéu de manera lastimosa y ahora da brillo a su apellido en Portugal. Además, sigue siendo el hombre de confianza para

Visto lo visto, y con la incógnita sobre David de Gea y su protagonismo en el Manchester United , la «dulce transición» en la portería que anunció el seleccionador no será tan rápida.

En Oviedo , Casillas disputó su partido 163 como internacional y los otros 162 fueron como jugador del Madrid , toda una vida para dos equipos. «No ha sido tampoco nada especial. Simplemente estoy agradecido por todo lo que me ha pasado y feliz», relató. La cita, además, regalaba un dato brutal para la estadística, pues ya puede presumir de ser centenario con el brazalete de España . «Son muchos partidos. nunca pensé que llegaría a tantos. Es importante ser el capitán y ejercer de la mejor manera posible».

Lo de quitarse un peso de encima, más allá de ser una expresión, es literal. Cuando llegó a Oporto , Julen Lopetegui le vio un poco pasadito y Casillas tuvo una pretemporada asfixiante con días de triples sesiones. Se le ve mucho más delgado y los que le conocen destacan su mejoría anímica. «Yo le veo muy bien, como siempre que viene aquí», comenta Del Bosque de su capitán. Es «leyenda vida».