Selección Española

Una noche para que vuelva España

La selección, que aparca las probaturas ante la exigencia de la cita, se juega su presencia en la Eurocopa ante Eslovaquia

Una noche para que vuelva España AFP

Enrique Yunta

En la otoñal Oviedo, obligatoria la chaquetilla en el epílogo de este verano alterado por el mercurio, España se juega el bigote en un partido de verdad . Por fin, después de tantas medianías, hay una cita relevante para la selección, necesitada de alegrías para ahuyentar por una vez los fantasmas de Curitiba, incluso motivada ante la exigencia que supone el duelo de Eslovaquia de esta noche (20.45 horas, La1) . Lejos de ser un engorro, la selección reclama situaciones críticas para llamar la atención y esta, aunque no lo parezca, obliga a ganar sí o sí ante un enemigo mermado por las bajas y sin sus centrales titulares. Son tres puntos vitales para que el camino a Francia , sede de la próxima Eurocopa, no se empine de manera peligrosa, pues a España le penaliza aquella derrota en Zilina ante la rival de hoy. Oviedo reclama una victoria.

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La situación no es crítica y menos con este sistema de clasificación, que abre la puerta a equipos de segundo rango ya que se clasifican los dos primeros de cada grupo, el mejor tercero y los de la repesca. Hay margen, claro, pero cualquier tropiezo complicaría las cosas de manera innecesaria , justificación de peso para que Del Bosque se entregue a sus fieles. Para este encuentro, como para el del próximo martes en Macedonia , el salmantino ha llamado a 16 de los 23 que estuvieron en el trágico accidente brasileño de 2014, otra oportunidad para la España de siempre. «No pensamos en quién ha estado en el Mundial o quién no. Traemos a los que vemos que juegan y estuvieron en el Mundial y en los que no. Traemos a gente fija en su club, con buen estado físico, y a los que no cambiamos es porque no lo consideramos necesarios. Y no somos tímidos a la hora de traer gente joven. Tenemos que acercar la selección a todos los que se lo merecen», remarca Del Bosque. La realidad es que el equipo de hoy es cien por cien reconocible , aparcadas las probaturas para ocasiones más llevaderas.

Sin margen

A la selección le acompaña cierto olor a nostalgia, aunque es cierto que en las últimas ciudades ha llenado. Oviedo está entregada y, aunque Del Bosque prefería un panorama menos alarmante, el peligro hace que se dispare el interés. «Mejor sería que estuviéramos una situación más cómoda, algo que ha sucedido en las otras fases. Salvo el partido de Eslovaquia (el de Zilina), hemos ganado todo en las fases de clasificación menos dos empates . Ojalá tuviéramos una situación mejor. Pero creo que estamos bien mentalizados para afrontar este partido», sostiene. « Nos jugamos mucho y todo el mundo es consciente . Todo lo que sucedido, si ha sucedido algo, no trasciende dentro del grupo, no va a influir dentro del grupo». Ganar, en función del resultado, supondría situarse líder de este grupo y acercarse manera casi definitiva a la Eurocopa del verano próximo, en donde se pone en juego la corona conquistada en los dos torneos anteriores.

En esta renovación a medias de Del Bosque, hay cosas que no cambian. Juega Casillas, salvo sorpresa mayúscula, porque es el portero de España y porque ahora parece renacido en el Oporto, aclamado en cualquier rincón por sus hazañas del pasado. «Es una leyenda del presente», sentencia el entrenador en ese tono tan de fútbol. Al «1», que recupera su dorsal que ya no luce en Portugal (lleva el «12») se le ve más delgado, como si se hubiera quitado kilos de ansiedad desde que enfiló por Concha Espina rumbo a su nueva casa. Y no quiere que se acelere todavía esa dulce transición anunciada a bombo y platillo por el propio Del Bosque. Visto lo visto, y ante el giro inesperado de los acontecimientos, De Gea tendrá que esperar .

Por lo demás, defensa previsible, centro del campo con la duda de Cazorla o Cesc Fábregas y un ataque con Diego Costa como referencia , un delantero que no marca de rojo y al que se le mira con lupa por sus paupérrimos números defendiendo bandera. «Cuando lo hemos traído es porque creemos que es uno de los mejores en esa posición. Está jugando bien con su club, lo hizo bien con nosotros en los dos últimos partidos que estuvo y estamos convencidos de que acabará jugando bien», insiste Del Bosque.

Demasiados altibajos

En el ecuador de este viaje, a medio camino de Brasil y Francia, el equipo necesita por fin soltar lastre. Después del empacho de éxito, fue tan sonoro el tortazo que todavía se resiente el grupo y, por ende, buena parte de la españolía. No ayuda el hecho de que en este último año se hayan perdido cuatro partidos de diez –el de Eslovaquia y los amistosos serios contra Francia, Alemania y Holanda– y haya poco a lo que agarrase más allá de algún destello aislado, un poco de Isco en tardes insulsas, goles de Alcácer para alimentar el debate del «9» y para de contar. Koke no ha asumido el protagonismo que se le exigía después de ver su agradable evolución en el Atlético de Madrid , otros veteranos siguen sin romper y falta marcar más por mucho que los datos digan que es la selección que más tantos lleva en este grupo (15 en seis encuentros).

Con todo, Del Bosque encuentra motivos como para creer y lanza un mensaje a la tropa. « Nos siguen teniendo respeto . España siempre está bien considerada y sí creo que hay futuro». Depende, en buena parte, de no pifiarla esta noche en Oviedo. La cosa se pone seria.

Una noche para que vuelva España

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