Camisetas de fútbol piratas: una estafa en auge imposible de controlar
Internet se ha convertido en el escaparate perfecto para vender réplicas, prácticamente idénticas de las equipaciones oficiales... a un precio hasta cinco veces menor
Con la llegada de la temporada futbolística, un ritual se repite : los equipos presentan las nuevas equipaciones que vestirán las grandes estrellas de nuestras Liga. Un jugoso negocio que aprovecha el tirón mediático del deporte rey para hacer caja. Las firmas deportivas que visten a los clubes lo saben, y cada año buscan dar un paso más en el diseño y la innovación de las prendas. Renovarse o morir , que diría el famoso dicho popular. Pero no es oro todo lo que reluce. Cada día que pasa las marcas ven como en torno a toda su cadena de producción surgen alternativas al margen de la ley, que cobran fuerza a medida que los precios se reducen y la calidad aumenta.
Con el «boom» del comercio online las falsificaciones han crecido de manera exponencial, ganando por esta vía un trozo cada vez mayor de la tradicional tarta que hasta entonces se repartían los manteros. A golpe de «click», un usuario puede tener en escasas semanas una réplica casi idéntica de la camiseta de Cristiano Ronaldo, Leo Messi o Antoine Griezmann... a un precio hasta cuatro o cinco veces menor que el de la elástica oficial. Portales como Makifutbol.com o AliExpress.com , que exportan sus productos directamente desde China o Tailandia, ofrecen imitaciones fabricadas con todo lujo de detalles.
Desde 15 hasta 30 euros (el precio varía en función de los complementos que se añadan: véase nombre y dorsal, parches identificativos de las diferentes ligas o competiciones europeas e incluso completar el pedido con los pantalones de juego), las camisetas de casi todos los principales equipos del mundo pueden ser adquiridas en este particular e ilegal escaparate. ABC ha tenido acceso a algunos de estos enseres, observando el alto nivel de sofisticación que ostentan. Adiós a las cutres falsificaciones que «cantan» a kilómetros de distancia. Ahora, las texturas son idénticas: «tecnología Dry-Fit» en el caso de Nike o «ClimaLite en Adidas»; y los adornos, leyendas y etiquetas, reproducidos a imagen y semejanza de sus respectivas almas máter.
Hecha la ley, hecha la trampa
Si de por sí el negocio resulta suculento para vendedor y comprador, la alta impunidad de la que gozan no ayuda nada a frenar su avance. «Los compradores aprovechan el anonimato de una página web para efectuar las adquisiciones. Es muy complicado perseguir este tipo de acciones porque es absolutamente imposible controlar todos los paquetes de mensajería que pasan por aduanas. En cualquier caso, son constituyentes de un delito perseguible de oficio», explica Mónica Dopico , jefe responsable de la sección de Delitos contra la Propiedad Intelectual e Industrial de la Comisaría General de Policía Judicial.
«Para que sea delito, la mercancía debe superar los 400€»
Dado el elevado volumen de partidas, la gran mayoría de casos que maneja la Policía llevan aparejada una denuncia previa. «A partir de ahí, abrimos una investigación sobre la página web en cuestión, pero en la práctica suele acabar en nada ya que estos portales no suelen estar alojados en España ». Y es que si el punto de salida escapa al control de la ley, no parece que la cosa varíe mucho con el de llegada. «Con el Código Penal en la mano, sí existe el delito de receptación . En este caso no necesariamente dentro del tipo de objetos robados, sino de aquellos que atenten contra la propiedad intelectual. No obstante, es necesario que la cantidad de la mercancía supere los 400€», relata Dopico.
Una cifra de sobra conocida por todos aquellos que cometen hurtos o estafas menores. Era el caso de Carlos, un joven de 26 años que hasta hace tres años se dedicaba a realizar grandes pedidos de camisetas para después distribuirlos a terceros . «Hacía las veces de intermediario, al traer de una vez varias prendas los gastos de envío se reducen y gracias a ello me sacaba entre 7 y 10 euros por cada una que vendía después».
Para eludir el cerco de las autoridades, las webs van migrando sus dominios, por lo que Carlos no tuvo ningún comerciante fijo en los casi cuatro años que estuvo llevando a cabo esta práctica. «Cada cierto tiempo, entraba a pedir un encargo y veía que la última página donde había comprado estaba cerrada. No tenía mucha importancia porque rápidamente encontrabas otra, pero ya no tenías la certeza de que la calidad iba a ser igual que las anteriores». Respecto al tamaño de los pedidos, cuenta que tenía la seguridad de que si el contenido era muy notable habría más problemas para pasar la aduana. «En ocasiones, dividía el paquete en dos y ponía una dirección diferente para cada uno. Así, en caso de que parasen uno, al menos no me quedaba sin nada».
Tiendas con productos oficiales
«Hay una competencia desleal. Ellos no pagan impuestos, nosotros sí»
Uno de los sectores que más sufre el auge de este tipo de piratería son los comercios que trabajan con «merchandising» oficial. Tiendas que han visto como en los últimos tiempos su porcentaje de ventas se ha reducido de manera considerable. Los obstáculos que deben sortear se multiplican ante el crecimiento de nuevos competidores que no siguen las mismas reglas de juego. «Las trabas son la competencia desleal. Ellos no pagan impuestos y nosotros sí. Ellos trabajan al margen de la ley y nosotros debemos cumplirla. Ahora bien, el consumidor a veces no se da cuenta que cuando compra algo al margen de la ley, tampoco la ley le ampara en caso de que desee formular algún tipo de reclamación como haber comprado algo falso o defectuoso por ejemplo», señalan desde futbolmania.com , pionera en nuestro país como tienda de deportes especializada únicamente en fútbol.
Además inciden en los riesgos que conllevan este tipo de adquisiciones. «Hay muchos productos y en especial las réplicas de las camisetas de fútbol cuya fabricación se realiza con productos tóxicos para la salud. Los tintes utilizados para dar color a estas camisetas utilizan sustancias químicas que deben seguir un riguroso control de calidad y estar exentos de cualquier riesgo para la salud. ¿Quién nos asegura que estos productos fabricados al margen de la Ley cumplen con este tipo de requisitos? En 2012 la OCU publicó un artículo denunciando que las principales marcas ya estaban al límite en concentraciones de sustancias peligrosas en muchas de las camisetas de fútbol que fabricaban. Imagínese si marcas reconocidas ya están en riesgo de incumplir, como deben ser estos productos pirateados».
Desde subsidesports.es apuntan que el nivel de calidad que alcanzan las nuevas imitaciones tiene su razón de ser en la «cercanía de estas 'fábricas pirata' con las oficiales», e incluso a menudo «salen del mismo lugar» . En relación al alto precio que ostentan las casacas originales, dejan el siguiente razonamiento: «los clubes piden más y más dinero de las licencias a los fabricantes para ayudar a pagar salarios más altos a los jugadores. Por lo que los fabricantes están obligados a aumentar los precios, y esto acaba rebotando en el bolsillo del consumidor».
Concienciación como alternativa
«En el 90% de los casos no solemos detener al comprador». Así de rotunda se muestra Dopico cuestionada por las resoluciones legales de estas estafas. Desde su departamento de Delitos contra la Propiedad Intelectual e Industrial de la Comisaría General de Policía Judicial exponen que «son partidarios de implantar una sanción administrativa» . Y para ello dejan un símil con el que argumentar la petición: «Al igual que hace años el uso del cinturón no era muy habitual, a raíz de la entrada en vigor de multas administrativas, se ha ido estableciendo una vía de concienciación y ahora, prácticamente todos los conductores sienten que si no llevan el cinturón de seguridad puesto están desnudos ante el peligro».
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