Juventus

La Tercera se resiste de nuevo

La Juventus pierde su sexta final de Champions, de las ocho disputadas. Es el equipo con mas subcampeonatos de Copa de Europa

Rubén Cañizares

No se recuerdan muchos aficionados al fútbol que se quedaran boquiabiertos tras la clasificación de la Juventus en el Santiago Bernabéu. Me refiero al juego de los italianos, no al resultado, que fue el que fue y no tiene discusión ninguna. La regla no escrita del fútbol dice que los equipos que juegan la final de la Champions lo hacen por méritos propios. Así lo ha demostrado la historia en el noventa y nueve por ciento de los casos, pero es difícil echar la vista atrás en el fútbol moderno y encontrar un finalista tan en el alambre como la «Vecchia Signora».

Sí, en ciento ochenta minutos solo recibió dos goles del Real Madrid, uno de ellos de penalti, y no perdió ninguno de los dos encuentros, pero si los blancos se hubiesen clasificado para la final, (casi) nadie habría dicho que fue injusto. La sensación de la final de Champions 2015 será siempre que los deméritos del ya exequipo de Ancelotti evitaron el partido de los partidos del siglo. Y con este cuadro, la Juventus se presentó ante el mejor Barça de todos los tiempos, con permiso de Guardiola. El desenlace parecía claro, pero «no fue un paseo», como ya advirtió Marcello Lippi en ABC.

La Juventus fue valiente y ambiciosa. Excepto los primeros quince minutos del choque, en los que Iniesta hizo el primer tanto y los azulgranas arrasaron y pudieron haber dejado sentenciada la final, los italianos plantaron cara y hasta llegaron a igualar el partido, pero lo hizo más por ímpetu y por falta de acierto de los de Luis Enrique que por superioridad

La realidad era que el Barcelona se veía tan superior que comenzó a jugar con el cronómetro y con la paciencia del equipo italiano. De hecho, si había un portero que tenía que sacar lo mejor de su repertorio ese era Buffon, cuyos 37 años ya los quisieran la mayoría de arqueros. El guardameta italiano estaba, quizás, ante la última oportunidad de su carrera para ganar la Champions y más no pudo poner de su parte para llenar el único agujero de la excelsa vitrina de su casa. Paradas de todos los colores y sabores. Pero como en 2003, volvió a quedarse con la miel en los labios. No todos los iconos del fútbol tienen una «orejona» en su palmarés. Ahí también está la gracia de este bendito deporte.

Sueño efímero

El gol de Morata al poco de comenzar la segunda mitad hizo temblar durante trece minutos el triplete del Barcelona, pero los ochenta millones de Suárez no eran por casualidad: «Tras ese gol nos vinimos algo abajo», dijo Pogba.

El canterano del Real Madrid no pudo reeditar el título que logró con los blancos el pasado año en Lisboa, pero su crecimiento parece no tener techo. Diana en la final, bigoleador en las semifinales y en los octavos y un penalti forzado en cuartos: «Duele perder una Champions así, pero creo que merecimos jugar esta final y que en el futuro podremos disputar más», aseguró el delantero español tras el encuentro.

La pena de Morata era también la de Pirlo, bañado en lágrimas y encontrando consuelo en un cariñoso abrazo de Xavi . Dos leyendas que anoche dijeron adiós al fútbol de élite con una imagen conmovedora. Solo queda darles las gracias.

Y a los «tifossi» toca darle ánimos. Las finales de Champions son el talón de Aquiles de la Juventus: dos de ocho intentos. Es el equipo con más subcampeonatos de Copa de Europa. El fútbol les debe pronto una. Mientras tanto, la tercera tendrá que esperar

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