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El fallido descenso administrativo de Sevilla y Celta en 1995

La presión de las aficiones hizo que La Liga readmitiera a los dos equipos, que durante 15 días pertenecieron a la 2ª B

El fallido descenso administrativo de Sevilla y Celta en 1995 efe

s. d.

El Elche es nuevo equipo de Segunda división. Así lo ha decidido el Juez de Disciplina Social de La Liga , que ha impuesto al conjunto ilicitano la sanción de descenso de categoría por «el mantenimiento de deudas por parte de dicha entidad con la Agencia Estatal de la Administración Tributaria (AEAT)».

Se trata del primer descenso administrativo de un equipo de Primera división, puesto que la anterior vez que se produjo una situación similar, con el Sevilla y el Celta como implicados, ninguno de los dos equipos finalmente perdió la categoría.

Ocurrió en el verano de 1995, en concreto el 1 de agosto, cuando la Liga hizo público un comunicado en el que anunció el descenso administrativo a Segunda B del conjunto vigués y el hispalense.

El motivo de la pérdida de categoría se debía a los retrasos al presentar una transferencia económica, que hacía de aval y que representaba el cinco por ciento del presupuesto de cada club, sirviendo como una futura provisión de deudas, como exigía la Ley del Deporte. Estos dos avales ascendían a 85 millones de pesetas en el caso del Sevilla y 45 en el del Celta.

Sus plazas iban a ser ocupadas por los dos equipos que habían bajado esa temporada: el Albacete y el Valladolid. Las reacciones no se hicieron esperar. Los aficionados de ambos clubes salieron a las calles de Sevilla y de Vigo para manifestarse y protestar ante una decisión que, a su juicio, era completamente injusta. Por otro lado, los dos conjuntos que se habían salvado del descenso en los despachos no querían ni oír hablar de volver a bajar.

Ante la presión de unos y de otros, La Liga se vio obligada a tomar una decisión que contentase a ambas partes y por ello optó el 16 de agosto de 1995 por readmitir al Sevilla y al Celta en una asamblea extraordinaria. Finalmente se mantuvieron los cuatro equipos en la máxima categoría y, de este modo, la competición tuvo veintidós equipos en la temporada 1995-96 y también durante la siguiente.

Los casos en la categoría de plata

En Segunda división también se han vivido situaciones similares. En 2013 La Liga tomó la decisión de bajar al Guadalajara por «incumplir los requisitos que dicta la Ley del Deporte y la Comisión Mixta en cuanto a la conversión de los clubes en sociedades anónimas deportivas». El descenso del conjunto castellano-manchego benefició al Murcia, que se mantuvo en la división de plata.

Paradójicamente el conjunto pimentonero siguió, una temporada más tarde, los pasos del Guadalajara al confirmar La Liga su paso a Segunda B por «el no cumplimiento de los ratios económicos financieros».

El Oviedo, recién ascendido a Segunda división esta temporada, bajó en 2003 a Segunda división B tras sus malos resultados deportivos, pero las denuncias de los jugadores por impagos ampliaron hasta la Tercera división el descenso de un equipo que dos años atrás estaba disputando partidos de la máxima categoría del fútbol español.

Otros casos sonados de descensos administrativos por impagos a jugadores en la historia del fútbol español son los del Compostela, el Logroñés, el Xerez o el Extremadura, equipos que tras su paso por Primera división sufrieron el castigo de ser relegados de categoría.

Las deudas han golpeado históricamente a diversos equipos españoles hasta el punto de tener que verse, en ciertos casos, abocados a la desaparición, como fueron los del propio Logroñés o el Mérida.

El fallido descenso administrativo de Sevilla y Celta en 1995

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