La misión casi imposible del PSG

Aterrizó el PSG sin complejos en Barcelona. «No tenemos nada que perder», proclamó Laurent Blanc, técnico galo. «Creemos en la remontada», apostilló Javier Pastore. Y es que el 1-3 logrado por los azulgranas en el Parque de los Príncipes hace menos de una semana les deja con pie y medio en semifinales. No solo lo dice el marcador, sino también la historia de la competición. Solo ha habido dos casos en la historia de la Liga de Campeones en los que un equipo ha logrado remontar una eliminatoria después de perder el primer partido en casa. Lo logró el Ajax frente al Panathinaikos en semifinales de la temporada 1995/96 y repitió el Inter de Milán en los octavos de final de la temporada 2010/11 ante el Bayern de Múnich. Dos gotas de agua en un desierto. [Sigue el Barcelona-PSG ]

Tienen motivos los franceses para creer en la machada. Recuperan a Ibrahimovic y Verratti respecto al partido de ida, una vez cumplida su sanción. «Es un jugador que te puede rematar cualquier centro de primeras con cualquier parte del cuerpo», alertó Luis Enrique sobre el sueco . Con once goles en los últimos nueve partidos, Ibra es la gran amenaza para el Barcelona en el Camp Nou.

No quieren dar por hecha la clasificación tampoco en el bando azulgrana. «Saldremos a ganar el partido, necesitamos otra gran actuación para pasar esta eliminatoria, el resultado de la ida no es definitivo», advirtió Luis Enrique. Está en una estupenda racha de resultados el Barcelona, aunque la deficiente primera parte ante el Valencia abre una pequeña brecha a las dudas. Pero todo lo que no sea eliminar al PSG sería una sorpresa de impensables dimensiones para el club azulgrana.

Recibió Iniesta el alta médica hace unas horas, una gran noticia para Luis Enrique, que podrá así recuperar a su once de mayor confianza después del parentésis que supuso el choque ante el Valencia. En él no faltará Luis Suárez, uno de los delanteros más enrachados del momento. Se ha destapado el uruguayo en las últimas semanas con goles tan importantes como los logrados ante el Real Madrid o los dos que endosó al propio PSG en la ida, dos obras de arte.