INGLATERRA

Michael Johnson, la prometedora estrella del Manchester City apagada por los vicios

La bebida, el juego y las lesiones forzaron la retirada del centrocampista, que en 2012, con 24 años, abandonaba el fútbol

Michael Johnson, la prometedora estrella del Manchester City apagada por los vicios

J. A. M

El domingo se disputaba en Old Trafford un nuevo derbi de Manchester , duelo que ha perdido su esencia desde la llegaba de los petrodólares y los propietarios extranjeros a los dos grandes clubes de esta ciudad industrial. La presencia de futbolistas locales en ambas plantillas se ha reducido alarmantemente en las últimas temporadas. En el caso el City, lleva ya varios años sin alinear un jugador que sienta desde pequeño lo que representa ese partido. El último fue Michael Johnson, centrocampista que apuntaba para estrella y veía truncada prematuramente una carrera prometedora por culpa de sus vicios. Las lesiones tampoco le ayudaron.

«Le pregunté si estaba bien y le dije que cuál era su nombre. Yo lo sabía perfectamente, pero solo quería comprobar que estaba bien». En 2012, Michael Johnson sufría un accidente de tráfico cuando se dirigía a casa de su novia. Aquella noche, terminaba en comisaría porque en el incidente tuvo mucho que ver el hecho de que condujera bajo los efectos del alcohol. «Le pregunté si había alguien al que podía llamar y me dijo que a su novia, que vivía a la vuelta de la esquina», explicaba entonces a la prensa inglesa el vecino que acudía a socorrerle. Amante del fútbol, el hombre reconocía inmediatamente a un jugador que, además de la bebida, había caído en desgracia por culpa de los nightclub.

La irrupción del centrocampista en el Manchester City conseguía ilusionar a una afición necesitada de ídolos locales. Debutaba en 2006 con 18 años y pronto llegaron las comparaciones con el mítico Colin Bell, una de las grandes leyendas del club. Tan claro lo veían algunos que incluso comenzó a ser conocido como FEC (future England captain, futuro capitán de Inglaterra). Pero el alcohol, el juego y las ganas de juerga truncaron todos los pronósticos.

Castigado por las lesiones

Formado en las categorías inferiores del Everton, firmaba por el City en 2004... cinco años después ese joven jugador que apuntaba a estrella se quedaba en un simple proyecto. Las lesionesempezaron a truncar pronto su carrera con el Manchester City, equipo con el que jugaba por última vez en 2009 en un intrascendente partido de la Copa de la Liga ante el modestísimo Scunthorpe. Aquel mismo año había firmado un contrato por cinco temporadas que no llegaría a cumplir.

Sven Goran Eriksson conocía perfectamente las habilidades del jugador después de su paso por el banquillo del Manchester City. Tal era su fe en él que en una ocasión incluso llegaba a asegurar públicamente que no le cambiaría ni por el mismísimo Steven Gerrard, símbolo del Liverpool. El técnico trataba de recuperar a Jonhnson para el fútbol y reclamaba su cesión al Leicester, el equipo que entrenaba en 2011. El cambio de aires no funcionaba y no el remedio milagroso para un jugador que ya había comenzado a beber habitualmente y a frecuentar locales nocturnos.

A su regreso a Manchester, sin hueco en el equipo y recuperándose de una lesión importante de rodilla, el nombre de Michael Johnson entraba en el olvido y dejaba de ser pronunciado por los hinchas. En 2012 apenas se supo de él hasta el día que se estrellaba con el coche cuando se dirigía a casa de su novia. En solo tres meses fue arrestado por conducir ebrio y aquel incidente le costaba una multa de casi 6.000 libras y la retirada del permiso de circulación durante tres años. Con solo 24 años, su carrera terminaba de irse al traste.

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