Neymar se queda sin pólvora

La historia dice que no es fácil aterrizar en un club como el Barcelona directamente desde Brasil. Los grandes futbolistas «cariocas» que han escrito su página en la historia azulgrana tuvieron siempre una etapa de aprendizaje intermedia. Como Romario y Ronaldo en el PSV Eindhoven, Rivaldo en el Deportivo o el mismísimo Ronaldinho en el Paris Saint Germain. Neymar se subió al puente aéreo directo del Santos al Barça y por eso gozó de un año de gracia, de una temporada de adaptación en la que se le exigió menos de lo que merece una estrella de su calibre. Con los deberes bien hechos, Neymar comenzó su segundo curso en Barcelona con notas muy altas. Lo hizo marcando muchos goles y siendo importante en el juego del equipo. Pero el brasileño ha perdido brillo en los dos últimos meses de competición . Ya no es el que era. Y, encima, se ha quedado sin pólvora.

A veces los números no reflejan la realidad en un deporte como es el fútbol. Neymar lleva 26 dianas en lo que llevamos de temporada, casi el doble de las 15 con la que concluyó su primer año en el Barcelona. Solo en Liga, son 17 los goles que ha conseguido. Cifras más que destacadas para un delantero que comparte once con un hombre que vive del gol como Luis Suárez y con Leo Messi, el mayor artillero de la historia del club. Pero estos números no hablan de la cruda realidad, del bajón que ha tenido el brasileño en cuanto a juego y goles. Lleva un mes y medio sin anotar en Liga y apenas ha visto puerta en uno de los últimos ocho encuentros que ha disputado su equipo.

Luis Enrique, lejos de alarmarse, se centra en el trabajo que hace y que parece ver solo él. «No me preocupa en absoluto porque es un jugador fuera de clase y por lo que veo en los entrenamientos estoy seguro de que volverán los goles y las jugadas importantes. Volverá a ayudar al equipo como también hace ahora, aunque su trabajo es menos visible y espectacular», destacó ayer el técnico. Las «jugadas espectaculares» son quizás el aspecto en el juego de Neymar que más se echa de menos en este tramo de curso. El brasileño apenas participa en el juego del Barcelona, entra poco en contacto con el balón y suele ser intrascendente.

No es fácil encontrar una explicación, porque futbolísticamente su calidad no ha desaparecido. Pero Neymar parece nervioso. Se enzarza una y otra vez con sus marcadores, como con Hugo Mallo en Balaídos , y se pierde en peleas inútiles que no ayudan a su equipo. Y es que el brasileño tiene que soportar una presión enorme fuera del terreno de juego, con todo lo que está rodeando a su fichaje y que puede acabar con el presidente en la cárcel. Incluso el propio futbolista tendrá que acudir a declarar como testigo . Son demasiadas cosas con las que lidiar para un chico de 23 años al que su sempiterna sonrisa se le está borrando por momentos.

Precisamente, el brasileño podría ser uno de los jugadores que entre en las rotaciones de Luis Enrique de cara a la visita del Almería al Camp Nou. El técnico hará descansar esta noche a algunos de sus hombres de cara a la complicada retahíla de partidos que se le avecinan. El encuentro ha adquirido además un toque sentimental ya que supondrá el estreno del nuevo técnico almeriense en el banquillo. Todo un ex del Barcelona como Sergi Barjuán, que, además, es íntimo amigo de Luis Enrique.