FÚTBOL

La plantilla del Lucena, desesperada después de cinco meses sin cobrar

Varios futbolistas han dejado sus pisos por no poder afrontar el alquiler. «Estamos cansados de palabras, mentiras y engaños», denuncia el técnico

La plantilla del Lucena, desesperada después de cinco meses sin cobrar

J. A. M

Las miserias del fútbol más modesto salen a relucir una temporada más. La crisis y la mala gestión de los dirigentes han llevado a una plantilla de Segunda división B a una situación ya insostenible por los impagos. Después de cinco meses sin cobrar, algunos jugadores han tenido que dejar sus pisos porque los ahorros se han esfumado y no pueden pagar el alquiler. Otros tienen mejor suerte porque la familia y los amigos son el salvavidas al que se agarran. En medio de este panorama, el Lucena lucha por la permanencia en la categoría y, jornada tras jornada, sus futbolistas son un ejemplo de profesionalidad.

La actual plantilla del Lucena tiene poco que ver con la que iniciaba la pretemporada. Los impagos comenzaban en los últimos meses de 2014 y, con el nuevo año, varios futbolistas decidieron bajarse de un club a la deriva. Los que permanecen aún en el barco siguen luchando por un doble objetivo: la permanencia en la categoría de bronce del fútbol español y cobrar las nóminas que se les adeudan. En algunos casos, los atrasos alcanzan ya los cinco meses.

«Estamos cansados de palabras, mentiras y engaños, sólo queremos hecho y realidades, ya son muchas veces las que se han prometido cosas que no se cumplen», explicaba a Efe el técnico del conjunto cordobés. Serafín Gilno sabe lo que es cobrar en el Lucena. El malagueño llegaba a la ciudad en diciembre como sustituto del destituido Juan Arsenal y los problemas a la hora de cobrar ya habían comenzado. Cuatro meses después, él y sus jugadores siguen esperando «una solución que por desgracia no llega».

Protesta sobre el césped

El pasado fin de semana, en el partido ante el Arroyo extremeño, la mayor ovación de la afición del Lucena se la llevaron los futbolistas y el cuerpo técnico en el inicio del partido. Como sucediera en las jornadas anteriores en los encuentros ante El Palo y la Balompédica Linense, los futbolistas se arrodillaron sobre el césped para reclamar un dinero que necesitan para vivir. «Muchos se han tenido que ir de sus pisos de Lucena porque no pueden pagar el alquiler, la situación es lamentable y penosa», explicaba Gil.

La denuncia sobre la hierba no es la única medida de presión de una plantilla unida por la solidaridad y con la que los habitantes de Lucena se han volcado en la medida de sus posibilidades. Hace tres jornadas, los jugadores amenazaban con no viajar a El Palo (Málaga) si no recibían algún pago, aunque finalmente desistieron por su compromiso con el municipio cordobés y los aficionados.

Entrenadores, jugadores y empleados del club no se han quedado cruzados de brazos y se han movilizado para conseguir algún pequeño ingreso. Venden abonos por las calles de la localidad al precio de 25 euros. «Nos está ayudando mucha gente», destacaba Antonio Sarmiento, el capitán. La solidaridad ha traspasado los límites de este municipio de 40.000 habitantes y gente de toda la provincia y otras limítrofes, como Jaén, también está poniendo su granito para ayudar al club.

Serafín Gil jamás pudo imaginarse lo que le esperaba vivir en Lucena cuando aceptaba el banquillo de este equipo. Desde su llegaba a la localidad, ha ido de sorpresa en sorpresa. La situación ha resultado por momentos angustiosa para algunos de sus pupilos y el técnico tiene ahora la sensación de hacer «oficiado más de bombero que de entrenador».

El equipo, fuera del descenso

Deportivamente su equipo, sin embargo, no se ha resentido. Inmerso en la lucha por la permanencia, el Lucena se ha crecido ante la adversidad. Desde la frustrada amenaza de no viajar a Málaga, el conjunto celeste no ha recibido ni un gol y ha sumado siete de los últimos nueve puntos. Un racha que ha permitido al club andaluz abandonar los puestos de descenso para ocupar ahora la decimocuarta plaza, con dos puntos de ventaja con la zona de descenso.

La continuidad del Lucena sigue en el aire y no existen garantías de poder resistir con vida hasta el final del campeonato. El próximo partido en Cartagena está programado para la matinal del domingo y el equipo no puede permitirse el lujo de hacer noche en un hotel. Ante este nuevo contratiempo, la antigua junta gestora del club se ha movilizado para poder recaudar fondos.

«Nosotros no paramos de hacer cosas. Estamos intentando llegar al final de temporada en las mejores condiciones y eso hacemos. Nos estamos moviendo para ingresar dinero. Hemos hecho lo de los abonos, pero tenemos en mente otros proyectos para seguir sacando dinero, porque con los abonos solo no terminamos el año». Las palabras de Sarmiento demuestran que las penurias no acaban con al ilusión del Lucena.

La plantilla del Lucena, desesperada después de cinco meses sin cobrar

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación