Máxima exigencia para Luis Enrique

Leo Messi se marchó de Ipurúa con una enorme sonrisa dibujada en el rostro. Nada más acabar el encuentro frente al Éibar, se atrevió incluso a bromear con el colegiado, Del Cerro Grande, con el que se le vio compartir unas buenas carcajadas, cosa nada habitual en la "Pulga". Pero motivos no le faltaban al argentino, el líder de un Barcelona que tiene ante sí la semana más importante en lo que llevamos de curso. Dos partidos en los que no tendrá ningún título a su alcance, pero en los que se puede quedar sin alguno de ellos.

Con algunos sobresaltos de más, el guión que se marcó Luis Enrique al fichar por el Barcelona se está cumpliendo. Tiene a su equipo líder de la Liga después de ratificar esa privilegiada posición con un triunfo ante el Éibar, clasificado para la final de Copa y con ventaja para acceder a los cuartos de la Liga de Campeones. Además, después de algún que otro grito, ha logrado conectar con Leo Messi, que vuelve a ser el líder del equipo en el campo con una actitud de lo más solidaria, cosa que colma de felicidad a su entrenador.

Pero todo el trabajo logrado hasta el momento se pone a prueba en los próximos siete días, con dos partidos absolutamente trascendentales para el futuro azulgrana en este curso. Dos encuentros que se disputarán en el Camp Nou. El primero tendrá sabor europeo, con la visita el miércoles del Manchester City al estadio barcelonista. Con el 1-2 de la ida, el equipo de Pellegrini acudirá a Barcelona en busca de una remontada que le dé un poco de aire, después de caer el sábado (1-0) ante el Burnley, penúltimo clasificado de la Premier, enterrando así sus opciones de ganar el título de nuevo.

El del City solo será el primero de los dos puertos de categoría especial que debe ascender el conjunto de Luis Enrique. La semana concluirá con el clásico en el Camp Nou. Un partido al que los azulgrana se han asegurado llegar líderes después de su triunfo en Ipurúa. Llegan los dos grandes del fútbol español con estados de ánimo bien distintos, pero los precedentes demuestran que eso no es argumento de peso para nada. Será también el momento de que Messi y Cristiano vuelvan a medir sus fuerzas después de la remontada del argentino en la clasificación del pichichi en las últimas jornadas.