LIGA BBVA / JORNADA 27
La hora de Douglas, el fichaje fantasma
Las sanciones y bajas por lesión obligan a Luis Enrique a recomponer la defensa ante el Éibar. El brasileño podría ser de la partida
Han pasado 171 días desde su última aparición en Liga. La última y la única. Luce el dorsal «16» del Barcelona y es brasileño. En total, ha participado en cuatro partidos en todo el curso desde que llegó al club a finales de agosto a cambio de 5,5 millones de euros. Una operación discutida desde el primer día ante la poca convicción de su cabida en la plantilla. Temores que se han confirmado con el paso del tiempo. El de Douglas Pereira (6 de agosto de 1990, Brasil) es un verdadero fichaje fantasma.
Las bajas van a obligar a Luis Enrique a recomponer su defensa en Éibar. Alves y Alba están sancionados y Montoya, aunque ha viajado, sufrió el jueves unas molestias y no está a tope. La puerta del once se le abre de par en par a Douglas, que ayer entró en la convocatoria del técnico. El primer paso ya está dado. El brasileño no es de la partida en Liga desde el mes de septiembre, cuando fue titular en Málaga, completando un partido de lo más discreto. Claro que era su debut como azulgrana, un dato que no tuvieron en cuenta las contundentes críticas vertidas sobre su rendimiento en aquel choque.
Douglas llegó como un parche ante la sanción de la FIFA al Barcelona, que le impedirá fichar este verano. Alves acaba contrato en junio y Zubizarreta se vio obligado a improvisar un lateral derecho, al que firmó un contrato de cinco temporadas. Su balance hasta el momento lo convierten en un fichaje absolutamente fallido, después de sumar 242 minutos de competición, la mayoría en Copa del Rey, en casi seis meses de competición.
La poca confianza que tiene Luis Enrique puesta en él puede vivir un nuevo capítulo en Ipurúa, donde en condiciones normales Douglas sería titular en el lateral derecho sin mayores discusiones. Pero el «tocado» Montoya o incluso Adriano, a pierna cambiada, parten con ventaja para ocupar ese puesto. Douglas ocuparía entonces un puesto en el banquillo. No hay que olvidar que el jugador brasileño fue comprado a la empresa «Traffic», la misma que vendió a los desconocidos Henrique y Keirrison al Barcelona por un buen pico. Entre fantasmas anda el juego.
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