Amaños en el fútbol
La destitución a la japonesa de Javier Aguirre
La embajada nipona llamó cada día a la juez del Levante-Zaragoza. Fue destituido como seleccionador al ser imputado
En Japón nadie se cuela en cualquiera de los miles de trenes que inundan el país, nadie se marcha de un hotel sin alguna de sus pertenencias «olvidadas» en la habitación, nadie se desespera por esperar a la entrada de un restaurante. La ética, la honorabilidad y el civismo forman parte de su cultura desde los samuráis. Lo ha comprobado Javier Aguirre , entrenador mexicano de larga trayectoria en España (Osasuna, Atlético, Zaragoza, Español...) que hasta hace un mes dirigía a la selección japonesa. El pasado 3 de febrero fue destituido. Y no por malos resultados, un tropiezo o similares. Fue fulminado por motivos deontológicos.
En España se juega con el tránsito de la imputación a la condena como excusa para perpetuarse en el cargo político de turno. En Japón destituyen a su seleccionador nacional en el preciso instante en que es imputado por un caso de corrupción. Imputado en el extranjero, en España, en concreto en el Juzgado número 8 de Valencia.
La Fiscalía Anticorrupción española considera probado que participó activa y voluntariamente en el amaño del partido Levante-Zaragoza de 2011 (1-2), que supuso la salvación del conjunto maño y el descenso del Deportivo. Según el fiscal, Aguirre no ha justificado el destino de los 85.000 euros que el director financiero del Zaragoza ingresó en su cuenta entre los días 17 y 19, y que él extrajo los días 19 y 20, justo antes del duelo con el Levante. La fiscalía sospecha que esa cifra se unió a la de otros jugadores del Zaragoza para la cifra: 965.000 euros como compra del partido. Por eso está imputado y podría ser condenado en un juicio oral.
Sin esperar a la condena
En Japón no esperaron a la condena. Sus dirigentes futbolísticos se movilizaron mucho antes para asegurarse de que Aguirre era sospechoso por las pruebas. Desde el pasado 12 de diciembre hasta el 14 de enero, casi un mes, se recibieron llamadas a diario en la oficina del Juzgado número 8 de Valencia, donde la juez Isabel Rodríguez instruye el caso. La magistrada tenía que decidir si admitía a trámite la querella presentada por la Liga de Fútbol Profesional, en la que se solicitaba la imputación de los implicados en el presunto amaño.
La federación japonesa de fútbol se hizo con los servicios de un intérprete de español y cada día procedió a realizar una consulta telefónica en el juzgado que lleva el caso, según ha sabido ABC. Con educación exquisita, tomando tiempo en cada llamada y regresando al procedimiento del saludo y puesta en común del tema cada vez que se producía algún atasco en la conversación.
La insistencia de los japoneses fue en aumento con el paso de las fechas en ese intervalo entre los meses de diciembre y enero. En la Ciudad de la Justicia de Valencia, un gigantesco edificio frente a la Ciudad de las Artes y las Ciencias, empezaron a llegar llamadas de la Embajada de Japón en España solicitando el mismo tipo de información: ¿qué pasaba con Javier Aguirre?
Algo parecido sucedió con los medios de comunicación japoneses. El desembarco de periodistas orientales en Valencia fue inmediato y masivo. Querían conocer el escenario dónde sería juzgado el entrenador mexicano, los pormenores y los tiempos de la justicia española, la realidad de la ciudad donde tendrá lugar el proceso... La justicia japonesa es más ágil: la fiscalía instruye el caso y la juez decide si se juzga o no al imputado. Se ahorra un paso: la instrucción pro parte del juez.
Finalmente la noticia siguió su curso el 14 de enero. La juez admitía a trámite la querella y Aguirre era imputado por la compra de un partido de fútbol en España. Veintiún días después, el mexicano era destituido como seleccionador de Japón . Por higiene y ética.
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