El Rayo toma oxígeno ante el Villarreal

En una zona baja de la Liga que acumula muchos equipos, en la que la horquilla de puntos no es amplia y la tensión sube jornada a jornada, el Rayo logró un triunfo muy importante ante el Villarreal, que no se mostró en su mejor versión, sobre todo en cuanto a la claridad de juego (mermada seguramente por las ausencias de Bruno y Jonathan), en Vallecas. Tres puntos para el zurrón del conjunto de Paco Jémez (para tener siete sobre los puestos de descenso), que se concretaron con los goles en el segundo tiempo de Alberto Bueno, tras un saque de esquina y una buena acción técnica individual, y de Kakuta, completando una jugada con Manucho y Licá como socios. La derrota para los castellonenses tiene mayor incidencia en una jornada en la que el Valencia y el Sevilla ganaron sus respectivos encuentros en esa pugna que tienen los tres por la cuarta plaza de la competición.

Sergio Marcos fue la nota diferente, fresca e ilusionante para el Villarreal. Marcelino García tuvo que escrutar la plantilla y el equipo filial para buscar al acompañante de Tomás Pina en el eje del centro del campo ante las bajas, muy importantes, del capitán Bruno Soriano y de Jonathan dos Santos. El técnico eligió al chaval de Guadalajara, quien desde el principiop ofreció buenas prestaciones técnicas y tácticas ante el Rayo Vallecano. Protegido por Pina, movió el balón y habilitó varias internadas de Giovani, Gerard y Moi Gómez, incluso de Víctor Ruiz, que desaprovechó un cara a cara con Toño.

Se medían en Vallecas dos equipos que avalan el buen trato del balón, el manejar el juego, el toque valiente en lo ofensivo, las acciones veloces por los costados y por el centro. Buen cartel para ver un fútbol atractivo y goles. Pero el primer acto se definió por la igualdad, la alternacia y las pocas ocasiones (prácticamente nulas de peligro real). Camino de la media hora, recibió Giovani en la frontal, solo, aprovechando un desajuste de la defensa madrileña, y encaró a Toño, lo superó, pero el mexicano no resolvió bien el remate cruzado que pasó en horizontal a poco de la línea de gol. Para los rayistas, Licá tuvo un cabeceo libre de marca a centro de Tito, que no dirigió bien con todo a su favor.

Marcó la diferencia el Rayo al poco de la reanudación. Pasivo el Villarreal en un saque de esquina de los locales al segundo palo, Alberto Bueno enganchó el balón y tras dos amagos sutiles punteó el balón para batir a Asenjo. Con la desventaja, Marcelino se movió rápido. De hecho, quemó sus tres sustituciones en cuatro minutos sin haberse cumplido la hora de encuentro. Dio la vez a Cheryshev, Vietto y Trigueros para sentar a Moi Gómez, Giovani y Tomás Pina. Los locales se mostraban cómodos con la situacion de partido y procuraban profundizar, sobre todo, con Kakuta por la izquierda, que en uno de sus centros remató potente Manucho, que encontró a un buen Asenjo en el bloqueo.

Se proyectaba con más intención y claridad el Rayo. Mucho más entero y un punto más competitivo que el Villarreal. Camino del minuto setenta, un balón largo lo prolongó Manucho, Licá se internó en el área y su pase raso lo acabó metiendo en la portería del conjunto castellonense el siempre combativo Kakuta. La replica lllegó cinco minutos después con un pase de Joel Campbell a la espalda de la defensa madrileña, que amortiguó Vietto, pero primero remató al palo y en el rechace encontró a Toño. Tuvo que pasar unos minutos el conjunto de Marcelino con un futbolista menos. Cheryshev tuvo que ser atendido con una brecha en la cabeza. Recuperada la igualdad numérica, procuró el Villarreal buscar la portería de Toño, pero el Rayo se cerró bien.