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Jordi Alba, ¿el mejor lateral de la Liga?
El catalán supera su inestabilidad física y ya lleva los mismos partidos de Liga (15) que en toda la pasada temporada
«Estoy en el mejor momento de mi carrera». Jordi Alba no dudó ni un instante cuando hace unas semanas le preguntaron por su estado de forma. Se nota pleno, rápido, muchísimo más fresco que hace unos meses. A sus 25 años, la sombra reciente de su insuficiente aportación en el Mundial de Brasil le obligaba a aplicarse de lleno con vistas a su tercera temporada en el Barcelona, la primera con un obnubilado de la preparación física como Luis Enrique en el banquillo. Alba aceptó el reto, y más allá de los vaivenes de juego y resultados del equipo, ha conseguido alcanzar y mantener el gran nivel que le valió para destacar en Valencia hace unos años y adueñarse del lateral izquierdo de la selección que levantó la Eurocopa en 2012.
A diferencia de lo que sucede con Dani Alves en la banda derecha del Camp Nou, nadie tiene dudas sobre la participación y proyección del que es probablemente el mejor carrilero zurdo de la Liga española con el permiso del madridista Marcelo y el valencianista Gayà. Más fino que nunca, Jordi Alba ha dejado atrás los problemas musculares que le apartaron durante largos tramos de sus dos primeros cursos como azulgrana. Ha vuelto a merecer que le comparen con la mejor versión de Sergi Barjuán, exlateral izquierdo del Barça de los 90. De hecho, tal es su mejoría física que sin que haya terminado la primera vuelta ya ha jugado los mismos partidos que en toda la pasada Liga (15), lo cual repercute negativamente en la participación del siempre generoso Adriano Correia.
A Jordi Alba le funcionan las piernas para corregir muchas situaciones de peligro en defensa, mientras que en ataque aporta una frescura vertical muy útil para las internadas de Neymar. También Iniesta, pese a su irregularidad, suele sacarle partido a su química con el lateral de Hospitalet, que esta temporada curiosamente ha metido los mismos goles en la portería contraria que en la propia. En Almería fue decisivo para confirmar una remontada allá a principios de noviembre, mientras que en Anoeta, hace apenas ocho días, firmó el primer capítulo (de cabeza contra Bravo) de la crisis deportiva e institucional que se ha llevado por delante a Zubizarreta, que ha discutido seriamente a Luis Enrique y que adelantará las elecciones a la presidencia a este próximo verano.
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