«El Piojo» que se colaba entre las piernas de los rivales

Cuando en 1996 el Valencia desembolsó al Racing de Avellaneda 600 millones por el fichaje de Claudio Javier López, pocos imaginaron que aquel menudo delantero dejaría huella en el fútbol español. Menos aún, tras sus primeros meses a las órdenes de un Luis Aragonés que prefería un jugador más hábil con el balón en los pies. Pasó el tiempo y el banquillo ché fue cambiando de dueño. Jorge Valdano primero, Claudio Ranieri después. Fue con este último cuando «el Piojo» explotó, mejorando su a la postre mejor sello de indentidad: el disparo cruzado.

Al punta le apodaron así cuando era un crío y no quería jugar con los chicos de su edad. Prefería enfrentarse a los mayores, utilizando su baja estatura para colarse entre las piernas de los rivales, detalle le valió el singular sobrenombre. A finales de los 90 y concidiendo con una época de gran apogeo valencianista, «el Piojo» se convirtió en la «bestia negra» del Barcelona de Van Gaal, al que marcó 12 goles en apenas 15 partidos

Tras su retirada en 2010, Claudio López decidió embarcarse en el mundo de los rallies. Sin embargo, su pasión por el mundo del automóvil estuvo a punto de costarle la vida hace menos de un mes cuando en mitad del Rally Entre Ríos protagonizó un espeluznante vuelco al perder el control de su Chevrolet Agile MR. Sin embargo, el «Piojo» salió ileso. A sus 40 años, sigue demostrando que aún mantiene la pasión por superar retos complicados.