PREMIER LEAGUE
El día que la cólera hizo volar los dientes de Van Gaal
Una nueva biografía muestra a un personaje bipolar, capaz de arrebatos de genio incontenibles y de acciones de gran generosidad
Louis Van Gaal, bautizado en Amsterdam hace 63 años como Aloysius Paulus María Van Gaal, garantiza la controversia allá donde va, pero pocos ponen en duda sus conocimientos tácticos y su carácter ganador, aunque sea con métodos cuarteleros. Cuando se marchó de España lo hizo con una frase que lo resume todo: «Amigos de la prensa, yo me voy. Felicidades». En Barcelona dejó una cita que ya forma parte de la antología del humor popular: «Tu siempre negativo, nunca positivo», que debe ser pronunciada sustituyendo las uves por efes. Ahora una nueva biografía del entrenador del Manchester United , obra del periodista holandés Hugo Borst, revela un Van Gaal de carácter bipolar, capaz de raptos de cólera absolutamente desproporcionados, que humilla a su mujer en público, pero que es también capaz de ayudar a sus amigos con generosidad y calidez.
Khalid Sinouh, portero holandés de origen marroquí, cuenta una anécdota elocuente. En un entrenamiento del AZ Alkmaar, Van Gaal se enojó por lo que consideraba un bajo rendimiento de sus jugadores y se encaró con el guardameta. «Me gritó con tanta fuerza que su dentadura salió volando». El resto de la historia es todavía peor: «Recogió los dientes rápidamente, se los metió en la boca y me siguió gritando». Lo notable es que pese a haber pasado por tal escena, Sinouh asegura que «es el mejor entrenador que he conocido nunca, no tiene un momento de decaimiento».
El libro revela que Van Gaal suele ofender en público a su segunda mujer, Truus Opmeer, una antigua manager de la selección holandesa con la que se ennovió en el Mundial de Estados Unidos 94. «Ha hecho comentarios contra ella que en nueve de cada diez matrimonios serían motivo de divorcio inmediato», comentan algunos amigos de la pareja, y el biógrafo añade que «el alcohol no le sienta bien». Tras su estancia en España, alardea de ser un gran experto en vinos.
Pero existe otro Van Gaal más luminoso. En el verano del 2006, el conocido árbitro holandés John Blankenstein agonizaba por un cáncer. Nada más enterarse, el técnico se subió a su coche, se presentó en el hospital y estuvo departiendo con él durante horas. Las enfermeras cuentan que los dejaron hablar más allá del horario permitido, porque aunque el árbitro se encontraba ya muy débil, Van Gaal logró animarlo con sus anécdotas de viejos partidos. Blankenstein murió solo tres días después.
Van Gaal trabaja ahora en la Premier League y suscita dudas. El Manchester United, que acometió onerosísimas inversiones, Di María incluido, es séptimo, a 13 puntos del Chelsea de Mourinho. El látigo todavía no funciona y castiga a los jugadores españoles de la escuadra. Ander Herrera, que costó 36 millones de euros, calienta banquillo, y el arquitecto Mata juega, pero no parece contar con todos los parabienes del sargento de hierro.
Enemigo íntimo de Ronald Koeman
Van Gaal fue el hermano menor de nueve, en un hogar donde la disciplina era extrema. Su padre murió de un infarto cuando tenía solo seis años. El joven Van Gaal combinaba sus estudios de profesor de Educación Física con el fútbol y algunas clases. Durante años, cuando vivía en Holanda, recorría a diario 180 kilómetros y llegó a destrozar tres vehículos en solo ocho años. Está convencido de que siempre tiene razón y cuando dirigía al Bayern de Múnich llegó a compararse con Dios en unas descabelladas declaraciones.
Su enemigo íntimo es Ronald Koeman, otro holandés con pasado azulgrana. Por eso nadie entiende que teniendo dinero y todo el planeta a su disposición Van Gaal se comprase una mansión en una urbanización de golf del Algarve a solo cien metros de la de Koeman. Eso sí, la de Louis es más grande, más bonita y con mejores vistas. Conociendo a Van Gaal, no es de descartar que lo haya hecho solo por eso, para recordar a su rival quién ha triunfado más. «Siempre negativo, nunca positivo»…
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