Fútbol base

«No hubo humillación con el 53-0, el trato fue correcto»

Los técnicos de Aznalcázar y Palomares firmaron un documento destacando el respeto hacia el rival y pidiendo una nueva norma

«No hubo humillación con el 53-0, el trato fue correcto» jOSÉ gALIANA

fran montes de oca

El fútbol base ha acaparado páginas periódicos y muchos minutos en radio y televisión. Todo a raíz de lo ocurrido en el partido entre los equipos alevines del Aznalcázar Atlético y el Palomares Junior, el cual acabó con un 53-0 a favor de los locales . Por ello, ABC quedó con el equipo alevín del Aznalcázar Atlético, protagonista esta semana de una especie de debate ético sobre el deporte de menores que abrió la discusión en los más variopintos foros futbolísticos y sociales. Son niños de diez y once años que golearon a su rival. El Palomares se presentó mermado, con sólo seis jugadores, pero nadie pudo suspender un partido que nunca debió jugarse. El motivo: los «miedos» a las sanciones de una vetusta norma incapaz de afrontar estos sensibles escenarios.

Aparecemos en la escuela deportiva un día en el que los chicos del equipo alevín del Aznalcázar Atlético no tienen entrenamiento, pero nos reciben con una sonrisa. Diferente es el semblante, de preocupación de su joven entrenador, Eugenio Solís, quien nos relata los hechos: «Antes del comienzo del encuentro, el entrenador del Palomares le comentó al árbitro que si podía suspender el partido, por la falta de jugadores, pero el colegiado rechazó esa posibilidad, en aplicación del reglamento. Comenzamos el partido y al descanso, viendo la situación, yo mismo me dirijo al vestuario del árbitro y le digo que si en la segunda parte tiene que dar por finalizado el encuentro antes de tiempo, que lo haga, que por nosotros no había ningún problema. Me repitió lo mismo. Que él, por cuestiones del reglamento, no podía pararlo».

Son niños de diez y once años que golearon a su rival

Sigue el relato Solís: «Entonces me voy al vestuario de mis chicos y les digo que vamos a jugar la segunda mitad, pero con total tranquilidad y con todo el respeto hacia el rival. Les pido incluso que no hagan ningún tipo de gestos ni comentarios de los goles o del resultado durante el partido, para que nadie se pudiera sentir ofendido. Fuimos, como siempre, muy respetuosos con ese tema. No cabe pensar de otra forma. Y así fue, el partido terminó de disputarse en un clima de total tranquilidad, entre nuestros jugadores y los del Palomares, y de convivencia ejemplar en la grada entre los padres de unos y otros. Hasta hemos firmado con el entrenador del Palomares un documento conjunto en el que exponemos que no hubo humillación y que el trato fue correcto», explica Eugenio.

«Cuando conocí lo de la posible sanción por ‘humillación’ me sentí muy afectado. Lo primero que hice fue ponerme en contacto con el presidente de la Federación Sevillana de Fútbol y delegado provincial de la Andaluza, Pedro Borrás, y su primera reacción fue la de tranquilizarme. Se mostró sorprendido y me dijo que no había ningún supuesto en el reglamento para sancionarnos por haber ganado 53-0. Me pidió que estuviera tranquilo y que no me preocupara. En ningún momento, hubo posibilidad de sanción. Y el árbitro actuó con criterio al reglamento. Con la norma en la mano, él no podía suspender el partido. Si lo hacía, se arriesgaba a un castigo», añadía el entrenador del Aznalcázar Atlético.

«Me siento bastante afectado»

Eugenio Solís lo ha pasado realmente mal con todo este asunto: «Me siento bastante afectado. Llevo cinco años entrenando, haciendo un esfuerzo por compatibilizarlo con mis estudios. Me entrego con total pasión a este deporte, a los chicos. Intento hacerlo lo mejor posible, que los niños vayan con la mejor preparación a los partidos y que, ante todo, se diviertan desde la base del respeto. Somos una familia, en la que los padres también se sienten parte del equipo. El lunes vine a entrenar abatido, ni siquiera pude comer. Estamos en un pueblo pequeño y había escuchado comentarios en la calle que me señalaban como el responsable de algo malo. Ha sido muy difícil. Han sido días de muchos nervios. A día de hoy, todavía me está costando llevar una vida normal», expresa el preparador.

Con todo ello, parece claro que el fallo radica en la norma, tal y como nos contaba el coordinador municipal de Deportes, Antonio José Ventura: «La única solución es que la Federación impulse con el colegio de árbitros una flexibilización de la norma. En estas categorías se da muchas veces la tesitura de que los equipos tienen que jugar sólo con seis niños por miedo a recibir multas de hasta 300 euros si no lo hacen. Al árbitro le ocurre lo mismo. La norma debería ser más flexible para que el árbitro dispusiera con tranquilidad de la potestad de suspender el partido si observa esas circunstancias, esas diferencias. Hay que hacer algo. A nosotros nos preocupa mucho, por ejemplo, que a partir de ahora a nuestro entrenador se le pueda poner ‘la cara blanca’ cuando su equipo empiece a meter goles y vaya por diez… Eso no puede ser. ¿Dónde está el límite? Esto se repite mucho en estas categorías. Para que la gente se haga una idea, la semana anterior hubo un partido en el que se registró un resultado de 33-1. ¿Eso es abuso, es humillación, o en ese caso no lo es? Evidentemente, es un problema de regulación. El respeto se mide entre los jugadores y en la grada», finalizó.

«No hubo humillación con el 53-0, el trato fue correcto»

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