Fórmula 1 - GP Hungría
Golpe de efecto de Verstappen y nuevo fiasco de Ferrari
El neerlandés gana una carrera en la que partía décimo y Sainz y Leclerc, que aspiraban a un doblete, se quedan fuera del podio
Así hemos narrado el Gran Premio de Hungría
Golpe de efecto de Red Bull y nuevo fiasco de Ferrari, que con sus decisiones en carrera arruinó la posibilidad de que sus dos pilotos ocuparan los dos primeros puestos del cajón y permitió la victoria de Max Verstappen, que salía décimo en la parrilla de salida. Malas paradas a la hora de cambiar neumático y una pésima elección de las gomas dejaron sin premio a Leclerc ni a Carlos Sainz. Le montaron gomas duras al monegasco cuando estaba demostrado que no funcionaban en Hungaroring y blandas a Sainz demasiado pronto. Solo la aparición de la lluvia podría haber generado posibilidades para los Ferrari pero ni siquiera la suerte se viste de rojo. Llegó pero muy tarde, en la última vuelta. Sainz acabó cuarto y Alonso, octavo.
En las horas previas a la salida, la mayoría de ojos estaban puestas en el radar meteorológico, siguiendo la mancha que avisaba de la alta posibilidad de lluvia durante la disputa de la carrera. Chubasqueros y cara de frío de los aficionados que se habían dado cita en Hungaroring. Concentrado Carlos Sainz, que partía segundo, por la zona sucia, por detrás de George Russell, que el sábado le arrebató la pole. Y por delante de su compañero de equipo, Charles Leclerc, que lo tenía todo a favor para tratar de adelantarle en la primera curva, aunque las órdenes en Ferrari eran muy claras: prohibido tocarse. Complicado lo tenía Max Verstappen. El líder del Mundial partía décimo y llegando en medio del pelotón a la primera curva.
«Va a llover dentro de cinco minutos y durante diez minutos», le explicaban a Russell por radio. Las estrategias bailaban a falta de siete minutos para que diera inicio la prueba. Todos los pilotos montaron gomas de seco a pesar que algunas gotas ya mojaban el asfalto. Russell montaba blandos para ganar ventaja en la salida con los Ferrari, que iban con medios. A punto estuvo de adelantarle Sainz en una excelente salida pero aguantó el tipo y empezó a marcar distancias. Alonso se posicionaba séptimo y empezó a defender la posición con Verstappen. Tenía más velocidad el neerlandés y no tardó en adelantar al Alpine del español. Idéntica situación varios giros después entre Alonso y el Red Bull de Checo Pérez.
La pelea entre Verstappen y Hamilton se cobró una víctima, la de Lando Norris, adelantado por ambos pilotos consecutivamente y en el espacio de un par de curvas. También le adelantó Pérez. Estaban minimizando daños los Red Bull tras la mala tanda clasificatoria del sábado. A las 17 vueltas paró Russell que entró emparejado con Fernando Alonso, aunque superó sin problemas al español para colocarse sexto. Se preparaba Ferrari y entró Sainz en boxes para intentar rebasar al británico pero una nueva mala parada frustró sus intenciones. En Hungaroring solo se puede ganar con paradas perfectas ante la dificultad para adelantar. Y Ferrari dista mucho de dominar en estas facetas de la carrera.
La parada de Leclerc confirmó todo lo expuesto y 22 vueltas después de que apagaran los semáforos, Russell seguía liderando la carrera y la única diferencia era el trueque de posiciones entre el monegasco y Sainz. De la pelea entre Alonso y Ocon se benefició Ricciardo, que adelantó a los dos Alpine. Empezó a enseñarle el morro Leclerc a Russell pero el británico hizo una defensa extraordinaria aunque el adelantamiento estaba cantado y era cuestión de tiempo hizo de forma espectacular el Ferrari tras apurar la frenada lo indecible a llegar a la curva 1 y rebasarle por el exterior. El siguiente en sobrepasar al Mercedes debía ser Carlos Sainz, con más ritmo que el británico. Pero fue Verstappen el que se acercaba peligrosamente al madrileño. Paró el neerlandés y Ferrari llamó a boxes a Leclerc, montándole el duro, una goma que se estaba demostrando que no funcionaba en los Alpine y los Haas. Y volvieron a doblar la rodilla en Maranello. Golpe de efecto de Verstappen, que adelantó en pista a Leclerc pero un error del de Red Bull, con trompo incluido permitió que el monegasco recuperara la posición.
Cayeron algunas gotas y Sainz y Hamilton decidieron esperar antes de cambiar ruedas para ver si la lluvia iba a mayores y ahorrarse una parada. Era la gran opción que manejaba el español para ganar una carrera que se le había complicado. Nuevo adelantamiento de Verstappen a Leclerc, que si no sucedía nada iba camino de ganar en Hungría. A falta de 22 giros, Ferrari decidió parar a Carlos para montarle blandos. Malísima para que le dejó expuesto ante Hamilton, que pasó a liderar provisionalmente la prueba. Se ordenó la carrera cuando todos hubieron completado sus paradas y Verstappen galopaba hacia la victoria, con Russell manteniendo la segunda plaza y Hamilton peleándole el podio a Carlos Sainz. El británico le rebasó a falta de siete vueltas y puso la directa buscando la estela de su compañero en Mercedes, al que también adelantó. Una salida de Bottas a falta de dos giros provocó un 'virtual safety car', que dio un respiro, aunque en la última vuelta empezó a llover fuerte.