Automovilismo
WEC y Toyota, el nuevo universo de Alonso
El equipo desplaza 75 personas a un campeonato austero marcado por Le Mans en el que compiten 94 pilotos y varios ex de la Fórmula 1
Del comedor comunitario en el circuito de Shanghái, menús del día a 35 euros o el pack de sandwiches variados a 17, sale un campeón del mundo de Fórmula 1 que hasta hace nada era adalid del glamour con su inseparable Jessica Michibata. Con mono azul y abrigo a juego de la publicidad, Jenson Button abandona la estancia después de vaciar los restos de su comida en el cubo de basura. Seña de identidad del Mundial de Resistencia: cada cual recoge su plato . El WEC es el nuevo planeta de Fernando Alonso, el título que aspira a ganar. Y Toyota su nuevo universo, el equipo más potente del campeonato.
El comedor es clave. Una secuencia de rostros anónimos que adecentan coches, los diseñan, los interpretan o los conducen, repone fuerzas en gigantescas mesas redondas tipo boda después de la sesión de entrenamientos libres. Son las 12.30, horario europeo para comer, pero no tan rígido como en Inglaterra. El buffet está abierto hasta las 14.30. El WEC tiene raíz francesa por las 24 Horas de Le Mans. Y es más flexible, algo más latino, con otro sonoridad. Menos exclusivo con seguridad que la Fórmula 1 y su rosario de pulseras vip y acreditaciones premium.
No hay ningún tipo de atasco para acceder al circuito en una ciudad inabarcable de 23 millones de habitantes cuyos regidores han fijado el límite en 25 millones por evidentes problemas de superpoblación.Tampoco hay público para presenciar los ensayos de los coches con lluvia. Ni una persona en la tribuna de meta. No existe un torno con lectura por infrarrojos como en la F1. Guardas de seguridad locales inspeccionan las acreditaciones girando la escarapela.
No funciona el modo cristales tintados , para ver y no ser vistos, de los imponentes motorhomes de la Fórmula 1, a cual más suntuoso. Palacetes desmontables con champán de bienvenida, música chill out y algún menú de estrella Michelín. Los garajes del WEC montan carpas estilo tienda de campaña para reparar ruedas o apretar tuercas. No hay lujo ni ademanes pretenciosos.
El equipo Toyota Gazoo Racing es el Ferrari del WEC, el equipo más emblemático que gana siempre. Su coche cerrado, el TS050 HYBRID LMP1 que supera los 1.000 caballos combinando sus motores térmicos y eléctricos, debe enfrentarse a carreras de larga duración, a diferencia de los Fórmula 1, prototipos pensados para la velocidad pura.
Toyota ha desplazado 75 personas a las 6 Horas de Shanghái. Seis pilotos, 18 ingenieros, 27 mecánicos, cuatro conductores de camión, tres fisioterapeutas, un médico, cuatro responsables de márketing y comunicación y el resto dedicados a otros quehaceres. Su jefe, Hisatake Murata, está considerado el padre de los coches híbridos. El equipo tiene su sede europea en Colonia (Alemania) y el origen en Higashi-Fuji, cerca del circuito japonés.
«Alonso se ha integrado a la perfección en este mundo -explica Alastair Moffitt , director de comunicación del Toyota Gazoo-. Es una estrella mundial, pero no se comporta como tal. Es buen compañero, cordial y muy perspicaz. Aprende rápido».
Los pilotos del WEC comen juntos, comparten datos de telemetría, pasean por el paddock. Todo lo contrario que en la F1, cuya máxima dice que «el compañero de equipo es el primer enemigo». Aquí importa el grupo, que Toyota gane. «Pero el impacto de Alonso ha sido brutal -admite Moffitt-. Con la retirada de Porsche y Audi , el WEC solo podía ir para abajo. La llegada de Fernando lo ha impulsado. Si gana Toyota no parece noticia porque somos el mejor equipo, pero si gana Alonso ya interesa. Transforma la difusión».
La inclusión del español en este universo ha sido rápida. Alonso suele preferir cenar en pizzería que en hotel de cinco estrellas. «En la carrera de Fuji nos tocó el típico hotel japonés, la habitación muy pequeña, la cama dura como una tabla -relata Alastair Moffitt-. Pensábamos que acostumbrado a otra vida, Fernando se podía quejar. No dijo nada. No puso ni un problema».
El español se ha encontrado en la Resistencia a una pila de antiguos compañeros en la Fórmula 1. Hay 94 pilotos en total, repartidos en cuatro categorías (LMP1, LMP2 y dos de gran turismo), de los cuales diez, además de él, concursaron algún día en la Fórmula 1: Giancarlo Fisichella , Bruno Senna, Sebastian Buemi, Kamui Kobayashi, Vitaly Petrov (el que retuvo a Alonso en Abu Dabi 2010 y le hizo perder el título), Jenson Button, Pastor Maldonado, Pedro Lamy, Guido Van der Garde y Pedro Lamy.