El salvaje viaje de Hulkenberg: de la cafetería a la parrilla de la F1 en solo cuatro horas

Eran las 11 de la mañana cuando Niko Hulkenberg se encontraba desayunando junto a un amigo en Colonia, a una hora del trazado de Nurburgring, donde este fin de semana se disputa el Gran Premio de Eifel de Fórmula 1. De repente, su teléfono sonó y al otro lado sonaba la voz de Otmar Szafnauer , el mandamás de Racing Point. Las instrucciones fueron claras: « Niko, te necesitamos ».

La indisposición de Lance Stroll a primera hora de la mañana provocó que la escudería buscara un relevo y el alemán, que ya se había subido a ese coche para suplir a Checo Pérez, era el más adecuado (y el que estaba más mano).

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Lo que ocurrió a continuación es una de las historias más curiosas de los últimos tiempos en la F1. Un viaje exprés para subirse al monoplaza y disputar la clasificación del Gran Premio . Desde la llamada hasta que comenzó la prueba apenas pasaron cuatro horas. «Ha sido todo muy salvaje», reconocía. Una hora y media la pasó en su Porsche, conduciendo a una alta velocidad para llegar cuanto antes al trazado. « Estaba sentado con un amigo tomando un café a las 11 de la mañana cuando vi que Otmar me llamaba . Cogí el casco, el coche, y me vine al circuito que estaba a una hora y media», apuntó el alemán tras la clasificación.

A partir de ahí, pruebas PCR y reunión con los ingenieros para tener todo listo antes de la clasificación . Una contrarreloj que, como era de esperar, se tradujo en una última posición en parrilla. Lógico si tenemos en cuenta que Hulkenberg no pudo dar ni una vuelta al circuito antes de la Q3 . Aun así, se quedó a solo dos centésimas de pasar a la siguiente ronda, un logro que no pasó desapercibido para el equipo.

Hoy, el alemán tratará de entrar en los puntos ante su público, en un Gran Premio en casa que nunca pensó que disputaría.