Hamilton logra su pole 51

No termina de cuajar el sistema de clasificación con el que la Fórmula 1 pretende devolver emociones a este deporte. El público se aburre porque, dada la premura de segundos, los pilotos apenas disponen de margen para combinar el tiempo con los juegos de neumáticos. Otro pequeño caos sucedió en Bahréin , pero el resultado no cambia. Hamilton logró otra pole, la 51 de su vida.

El protocolo es idéntico en cada tanda. Salen todos los coches a la pista para realizar su mejor vuelta a la primera con el neumático superblando y esperan el resultado para ver si caen o no en el tiempo regresivo (se elimina un coche cada noventa segundos). Como no les da tiempo a los pilotos a entrar en la pista, dar un giro y realizar otra vuelta cronometrada, se van bajando de sus monturas en un irritante goteo para los aficionados, que no ven pelea ni nada interesante.

Al final, tampoco hay muchas sorpresas . Los monoplazas más rápidos están delante y los más lentos, van para atrás. Y quedan entonces huecos vacíos entre una Q y otra sin que nadie lo mejore.

Los McLaren quedaron integrados en el pelotón intermedio, en progresión respecto a la calamidad del año pasado, pero lejos de los mejores y de momento a un mundo de los Mercedes. Vandoorne (12º) superó a Button (14º).

La pole fue para Hamilton, el piloto más poderoso de la Fórmula 1 actual. No solo es el coche que vuela por motor y aerodinámica. También el conductor, incomensurable en Bahréin con su pole 51. Carlos Sainz saldrá undécimo .