Fórmula 1 | GP de Emilia Romagna
Hamilton gana en Imola y saca la calculadora
El británico se beneficia de un coche de seguridad virtual y ya acaricia su séptimo Mundial. Carlos Sainz fue séptimo
Así evitó Sainz el accidente con Albon: «Me he librado de milagro»
Clasificación del Mundial tras el GP de Emilia Romagna
Para ganar en Fórmula uno no basta con ser el mejor sobre el asfalto y tener el mejor coche, también se necesita un punto de suerte y encontrar la estrategia correcta. En Imola, Lewis Hamilton se encontró con todos los factores de cara. Ni una pésima salida en la que fue adelantado por Max Verstappen ni el excelente pilotaje de Valtteri Bottas impidieron su victoria en Imola, uno de los circuitos donde más difícil es adelantar. Precisamente, el británico colocó su Mercedes en lo más alto sin necesidad de rebasar a su compañero ni al holandés de Red Bull. Una avería de Sebastian Ocon en la vuelta 30, cuando ya Bottas y Verstappen habían realizado su parada, permitió el Virtual Safety Car, beneficiando a un Hamilton que entró rápidamente en boxes para poner neumático duro, salir primero a pista y mantenerse ahí hasta fina de carrera. Una victoria que le permite acercarse casi definitivamente hasta su séptimo campeonato del mundo al aumentar aún más su distancia con Bottas, que solo tiene cuatro grandes premios para enjuagar la diferencia. El finés necesitaría un milagro para descabalgar a Hamilton. Y no cometer errores como el que hizo a falta de veinte vueltas, cuando al pasarse de frenada le puso en bandeja a Verstappen el segundo puesto, que solo un pinchazo impidió.
El que ya no tiene ninguna posibilidad es Max Verstappen, que reventó su rueda trasera derecha en la vuelta 51. No solo quedó fuera de la carrera sino que disparó las bandera amarillas y provocó la salida del coche de seguridad. A falta de menos de diez vueltas, todos los coches fueron desfilando por el pit-lane tratando de ganar puestos en boxes beneficiándose con paradas y cambios de gomas. Los mecánicos se iban convirtiendo en protagonistas. Primero los de Ferrari cuando arruinaron la buena carrera que estaba realizando Vettel con una de las peores paradas que se recuerdan. 13,1 segundos para cambiar las ruedas al atascarse una tuerca. Y por último los de Racing Point , cuando un mecánico cayó el suelo de espaldas al meter erróneamente el gato bajo el morro del coche de Stroll.
Se compactó el grupo durante las 6 vueltas en las que estuvo el coche de seguridad sobre el asfalto y se redujeron las distancias entre todos los pilotos. Una nueva carrera al sprint de seis vueltas más con Hamilton, Bottas y Ricciardo encabezando la carrera. Carlos Sainz, que en el primer tercio de la carrera adelantó como un avión a Norris, marchaba en octavo puesto. Adelantó limpiamente Checo Pérez a Albon, que trompeó y casi provoca el accidente de Sainz, a punto de rozarse con el Red Bull. Más limpia era la carrera por delante. Kvyat adelantó Leclerc y puso en peligro el podio de Ricciardo. Sufría Renault viendo al ruso de Alpha Tauri por el retrovisor con el cuchillo entre los dientes. Al final no hubo más sorpresas. Hamilton, Bottas y Ricciardo subieron la cajón y Mercedes ganó matemáticamente el Mundial de constructores , el séptimo consecutivo.
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