Fórmula 1
Hamilton consuma una obra maestra
Gana en Sao Paulo después de salir último el sábado y décimo este domingo. Se queda a 14 puntos de Verstappen. Sainz, sexto. Alonso, noveno
Hamilton consuma una obra maestra en el autódromo José Carlos Pace. La cita tiene todos los ingredientes que suele entregar Brasil, Sao Paulo. Siempre pasa algo en Interlagos, escenario a la antigua y genuino que ha regalado disputas épicas y que no decepciona tampoco esta vez. La carrera pertenece a Hamilton, 35 años, protagonista en 2007 en aquel cisma con Alonso, campeón en 2008 en la última curva con Glock frente a Massa, de nuevo en la pasarela catorce años después de gobernar la Fórmula 1 y ser hoy su principal embajador con siete títulos. Estelar su prestación, la victoria épica ante Verstappen y ese espíritu de no rendirse nunca. El Mundial se aprieta a tres carreras del final. El holandés manda con 14 puntos de renta sobre su rival . Sainz acabó sexto y Alonso, noveno.
El gran premio pertenece a Hamilton porque el británico ejecuta en Sao Paulo la fantasía de cualquier aficionado a la Fórmula 1. Salió el último el sábado en la carrera al esprint, castigado, clasificó quinto y perdió cinco posiciones por cambios en el motor. Desde la décima plaza en la parrilla, el británico dicta un curso de pilotaje que queda para las hemerotecas.
En cinco giros está detrás de los dos Red Bull, 'Checo' Pérez y Max Verstappen después de merendarse a siete pilotos de primer nivel que también luchan por objetivos importantes. Vettel, Sainz, Norris, Ricciardo, Leclerc, Gasly y su compañero Bottas, que amable escudero y fiel trabajador de empresa, deja pasar al jefe de filas.
'Checo' Pérez cumple su parte del trato, siempre solvente en todas las circunstancias el piloto mexicano, pero por el motivo desconocido que sea, Hamilton es imparable en Sao Paulo en este fin de semana. Hasta la fecha, el red Bull era el coche dominante esta temporada, pero en Interlagos el Mercedes vuelve a ser el escandaloso misil en manos del campeón mundial.
Hamilton llega a Verstappen y el holandés se defiende con agallas. Lo mantiene a raya durante muchos giros, se copian ambos la estrategia con dos paradas y neumáticos duros, pero el británico tiene más ritmo. Lleva más velocidad en el coche y se lanza a la conquista del imposible. En la curva 4, segunda zona DRS, Hamilton adelanta pero su rival se cruza y frena más tarde con intención de echarlo fuera de pista. Pero no hay sanción por una maniobra que parece clara. Un milímetro de un ala lleva al fondo de parrilla y un volantazo evidente no requiere investigación.
Mercedes se exige el máximo, su jefe Toto Wolff está encendido, como su piloto. Hamilton vuelve a la carga y en el mismo punto consuma su obra maestra. Despeja la pista y supera al holandés. Y se marcha a la victoria más merecida de su vida. Los misterios de la F1, Mercedes que parecía borrado del mapa en las últimas carreras, se ha sacado un bólido supersónico de nuevo. Al menos, en Brasil.
Los españoles completan una tarde desigual. La euforia de Carlos Sainz, que partía tercero en un sábado descomunal, se diluye con cada giro porque su ritmo no llega a los Mercedes, los Red Bull y a su compañero Leclerc. Acaba sexto.
Alonso no pareció tener su mejor día el sábado del esprint, pero se rehace como siempre hizo en su trayectoria el domingo de carreras. Race day, suele acompañar el comentario en las redes. el día que se reparten los puntos y se juega el cocido, el asturiano ofrece lo mejor de sí mismo . Termina noveno, deja pasar a su compañero Ocon en la última vuelta, magnífico en su desempeño, pero tan lejos de Hamilton que se hace inevitable el recuerdo de 2007 cuando aquel duelo entre dos estrellas paralizó España por la Fórmula 1.