Guerra de Ucrania
La Fórmula 1 elimina toda huella rusa
El despido de Mazepin por parte de la escudería estadounidense Hass cierra el veto total al país invasor: sin pilotos, sin banderas, sin patrocinios y sin el GP de Sochi
La Fórmula 1 dio ayer el golpe definitivo para expulsar de su asfalto todo aquello que recuerde a Rusia, país que desde el pasado 24 de febrero tiene en vilo a Europa tras invadir Ucrania . Después de días de presiones y miradas instigadoras sobre el ‘paddock’, la escudería estadounidense Hass decidió despedir de manera fulminante al ruso Nikita Mazepin , hombre más conocido por sus trompos que por sus resultados deportivos y único piloto principal de la competición con nacionalidad rusa (Daniil Kvyat es reserva en Alpine y Robert Shwartzman de pruebas en Ferrari, y no se descarta que sigan el camino de su compatriota).
Los norteamericanos fueron incluso más allá y cortaron de raíz su contrato de patrocinio más importante, el que tenían con la química Uralkali, propiedad del padre del piloto, el oligarca ruso-bielorruso Dmitry Mazepin, que a su vez es uno de los empresarios más cercanos al presidente Vladimir Putin (ambos se reunieron el 13 de enero). Un desmantelamiento exprés que se consuma a solo dos semanas del inicio del Mundial, que tendrá su alunizaje en el Gran Premio en Bahrein el próximo día 20, pero que encaja a la perfección con el libro de estilo que ha seguido la competición y en general el mundo del deporte desde que estalló el conflicto bélico: nada de ruso.
«Estoy muy decepcionado por saber que mi contrato en la Fórmula 1 ha sido rescindido. Aunque comprendo bien las dificultades que se presentaron, la decisión de la FIA y mi voluntad de aceptar las condiciones propuestas para continuar fueron completamente ignoradas», declaró Mazepin tras conocerse su despido. El piloto, al hablar de las «condiciones propuestas», las cuales ni siquiera pudo llegar a firmar, se refería a todas las medidas que la FIA ha desplegado en los últimos días en lo que respeta a la nacionalidad rusa y bielorrusa en su zona de influencia.
En armonía con el resto de deportes, la federación automovilística emitió un comunicado esta semana en el que obligaba a todas las personas de ambos estados a firmar un documento ( Compromiso del Piloto ) en el que repudiaban toda acción bélica de su país en Ucrania y se solidarizaban con sus gentes para poder seguir en el ‘paddock’. Una medida de presión que respondía a las peticiones del COI, que exigía la expulsión inmediata de rusos y bielorrusos , y de países como Reino Unido, con un gran poder en la Fórmula 1 y que ya había comunicado a la FIA que dentro de sus fronteras ninguno de ellos podría competir.
Además, tanto el himno ruso como su bandera y colores, según el documento, estarán absolutamente prohibidos, incluso en las gradas, hasta nuevo aviso. De hecho, Mazepin ya compitió en los test de Montmeló a finales de febrero bajo nacionalidad neutra y con un coche blanco pues su equipo, hasta la fecha bañado en los millones rusos, lucía con orgullo el blanco, azul y rojo (colores de la bandera rusa) sobre su carrocería. No solo serán los pilotos rusos los señalados, sino también sus aficionados. Más allá de símbolos borrados del mapa y flujos de dinero congelados, el Gran Premio de la ciudad de Sochi ha sido la pieza de caza mayor que se ha cobrado la FIA: por primera vez desde 2014 el suelo ruso no tendrá carrera de Fórmula 1.