Fórmula 1
Red Bull, cambiar ruedas a la velocidad de la luz
Ha afinado la técnica hasta límites inimaginables. Los 25 mecánicos marcaron el récord en 1,82 segundos al cambiar los cuatro neumáticos del bólido. Se entrenan todos los días en la fábrica
Como sugieren los clásicos de la Fórmula 1, si parpadeas te lo pierdes. Ahora la metáfora ya es literal. En los últimos tiempos, el avance tecnológico de este deporte, junto a una mezcla de músculo y precisión, ha desembocado en una coreografía perfecta de las paradas en el garaje de Red Bull. Las ruedas se cambian a velocidad supersónica, tan coordinada que la escudería de bebidas energéticas salta de un récord a otro. Como Serguei Bubka o el nuevo Armand Duplantis en la pértiga, la plusmarca crece por centésimas de segundo. El tope quedó establecido en 1,82 s. el año pasado en Brasil, y la exactitud de la técnica se mantiene. En el último GP de Rusia, los mecánicos de Red Bull cambiaron los neumáticos de Verstappen (1,86) y Albon (1,89) en una secuencia alucinante. El promedio en la F1 está cerca de los tres segundos.
«Bajar de dos segundos es casi tocar los límites del ser humano », analiza Christian Horner, el director de Red Bull, que comprueba cada fin de semana cómo sus colaboradores ganan margen al tiempo respecto a los otros equipos. «Pero es como en los 100 metros, la línea de progreso es cada vez más limitada», asegura.
Sustituir neumáticos a la velocidad de la luz se ha convertido en un patrimonio, toda vez que los adelantamientos demuestran ser un bien escaso en la mayoría de las carreras de F1. El objetivo siempre es ganar tiempo en el garaje sobre el adversario para eventualmente conquistar una ventaja en la pista.
«Parece una acción sencilla, pero intervienen muchos factores y se requiere una sincronización perfecta de cada persona en su posición», cuenta a ABC Albert Fábrega, antiguo mecánico que reemplazaba la rueda trasera izquierda de los bólidos Super Aguri de F1 y que hoy ejerce como comentarista en Movistar +.
En cada pit stop de Red Bull intervienen 25 auxiliares. De ellos, 17 se colocan alrededor del coche en distintas funciones: tres en cada rueda para desenroscar, sacar, atornillar y volver a montar; personal en los laterales para aguantar el bólido, para levantarlo, para dar vía libre a la salida...
«Me concentro en la luz (que indica al piloto que ya puede arrancar) y en pisar el acelerador. El trabajo de los chicos es increíble», ha declarado más de una vez Max Verstappen , el único piloto que hoy le hace sombra a Hamilton.
No todos los equipos priman la velocidad y el riesgo en el cambio de neumáticos. Depende de la estructura de cada coche, de las herramientas que se utilizan, del tipo de tuercas... «Igual los mecánicos de Red Bull se ponen en un McLaren y no logran bajar de dos segundos», explica Fábrega.
Por el afán de precocidad (siempre han tenido al piloto más joven de la F1 en sus monoplazas), Red Bull se ha especializado en esta materia. Convirtió en un hito el GranPremio de Estados Unidos de 2013 al bajar de la barrera de los dos segundos (1,92 con Mark Webber) y desde entonces no ha frenado su progresión. En los últimos tiempos se ha conocido que usaba un coche simulado totalmente eléctrico, el «Dummy», para que los mecánicos practicaran paradas en boxes.
«Es entrenamiento y más entrenamiento . Es difícil de cuantificar, pero los mecánicos entrenan casi todos los días en la fábrica y, por supuesto, los viernes, sábados y domingos durante un fin de semana de gran premio», matiza Horner. Uno de sus mecánicos galácticos es español, Óscar González.
«Yo trataba de poner la mente en blanco, porque el estrés era total al entrar el coche», dice Albert Fábrega. Hace diez años, cuando Alonso fichó por Ferrari, las paradas en los garajes duraban cuatro segundos. Hoy Red Bull viaja en otra dimensión.
