La velocidad de Gaviria compensa al Movistar

El efecto de la felicidad en el trabajo se plasma habitualmente en los resultados. Un empleado feliz es una persona que dobla la eficacia. La voluntad de agradar y responder a la confianza es el primer mandamiento. Fernando Gaviria, ciclista colombiano de fuerte carácter, es un tipo feliz en el Movistar. No se cansa de reiterar el agradecimiento a un equipo que le ha aportado serenidad y presencia de ánimo. Dos mundos que se necesitan. Gaviria quiere recuperar su estatus y Movistar precisa los puntos de sus victorias. En San Juan, cuarta etapa de una ronda de gran nivel de participación, Gaviria se anota su primera victoria al esprint con su nueva escuadra.

Dice Fabio Jakobsen que los esprints en Argentina bien podrían llevar la firma del Tour de Francia por la nómina de concursantes. En su apreciación queda implícito otro diagnóstico: no existe hoy un velocista estilo Cipollini, capaz de anular al resto.

El pelotón se adentra en la Argentina profunda, los Andes a la vista con las cumbres nevadas que aún conceden una esperanza de vida al planeta. En la localidad de Barreal (2.850 habitantes) predomina el paisaje de la cordillera en un entorno de vegetación escasa. Es la 'Pampa del Leoncito', un clima confortable, la pureza de su aire y alguna alameda que da un respiro en la sombra sitúan a este emplazamiento como uno de los diez paraísos más bellos de Argentina.

Gaviria es el epicentro del Movistar. Todos los ciclistas, salvo Einer Rubio, trabajan para el colombiano, en el puerto a mitad de recorrido, en el tramo de descenso hacia Barreal, en los últimos kilómetros, en el esprint.

Un equipo de espíritu Tour se transforma en un tren para velocistas. «Es increíble la voluntad de todos los compañeros -dice Gaviria-. Quieren hacerlo bien, están felices de aprender algo nuevo».

En la preparación del esprint no hay tren del Soudal porque Jakobsen ha claudicado tres horas antes. Está Peter Sagan, la leyenda, tres veces campeón del mundo, la camiseta verde del Tour, y está Filippo Ganna, el fortachón de 90 kilos rey de las contrarrelojes y del récord de la hora.

Dos sabuesos de primera categoría miden la talla de Gaviria, su recuperación, su voluntad, su liderazgo en el Movistar. El colombiano es el hombre feliz, un tipo que ha encontrado su lugar. «En Movistar me recibieron como una familia, y yo estoy contento. Eso nos lleva a todos a dar un poco más, a un sacrificio más, y a recuperar la buena forma».

Gaviria da pocas órdenes a sus compañeros, pero son precisas, y a la gente del Movistar le agrada esta nueva función. No hay trenes que valgan, es un esprint de ciclista contra ciclista, el colombiano remonta a Sagan y se merienda a Filippo Ganna que había saltado como una flecha. Es un estreno feliz con el Movistar.