Ciclismo
La huella sevillana en el nacimiento de la Volta a Catalunya
Miguel Arteman, posterior artífice de la Vuelta a Andalucía, fue el gran impulsor de la ronda catalana en 1911
La Volta a Catalunya, que disputa esta semana su 101ª edición, es la carrera más antigua de cuantas se celebran en la actualidad en España , así como la tercera vuelta por etapas del mundo, solo por detrás del Tour de Francia (1903) y el Giro d'Italia (1907). Nacida en 1911, su origen guarda un estrecho vínculo con Andalucía y, más concretamente, con Sevilla.
Del mismo modo que la creación de la Feria de Abril se debe a un catalán y un vasco (Narciso Bonaplata y José María Ybarra, respectivamente), la centenaria carrera ciclista catalana fue impulsada por un personaje sevillano tan carismático como Miguel Arteman Cerdá . Este fue también el gran artífice, años más tarde, de la Vuelta a Andalucía, aunque su currículum es bien extenso y variado.
Ganador en 1909 del Campeonato Motorista Español, primera edición de lo que más adelante sería el Campeonato de España de Motociclismo, Arteman también fue ciclista y árbitro. Se dedicó activamente al periodismo deportivo, formando parte de la primera redacción del periódico Mundo Deportivo , fundado en Barcelona en 1906 por Narciso Masferrer. Escribió sobre ciclismo y motos especialmente.
La creación de la Volta
Motivado por el éxito de la Volta a Tarragona (bautizada en su debut como Copa Justicia) en 1908, el polivalente sevillano-catalán se propuso la creación de una carrera por etapas a nivel regional en Cataluña. El Club Deportivo de Barcelona y el propio Mundo Deportivo , tal y como había ocurrido con el Tour y el Giro (impulsados por la prensa: el primero por L'Auto-Vélo y el segundo por La Gazzetta dello Sport ), fueron los apoyos para lanzar el proyecto. Un proyecto en forma de carrera de tres etapas con un total de 365 km que vio su nacimiento el 6 de enero de 1911 , toda una epifanía de la pasión por el ciclismo que ya entonces existía en la zona.
Es meritorio sacar adelante una carrera ciclista en un momento en que España no era un país pujante, con el ánimo aún bajo tras la pérdida de las últimas colonias de ultramar y el sistema político de la Restauración en decadencia. Sin embargo, el debut de la prueba, con 34 corredores en la salida , entre los que se impuso Sebastià Masdeu, fue un éxito.
Así lo manifestó en su periódico el propio impulsor de la ronda catalana cuando esta echó a rodar, al expresar «el hondo sentimiento de gratitud que todos mis compañeros y yo muy especialmente experimentamos, ante las facilidades que se nos han dado, el concurso valioso de cuantos nos han ayudado y la cooperación de esos simpáticos corredores a los que deseo la mejor suerte».
En cuanto a las señas de identidad a la Volta, uno de sus elementos más destacados y que es todo un icono por su carácter único es la camiseta de líder: el maillot blanquiverde . Muchas veces se ha dicho que la tonalidad de las rayas de esta prenda no son casuales, sino que hacen referencia a la Andalucía de los amores del redactor de Mundo Deportivo . Sin embargo, realmente emplea los colores de la Unió Esportiva de Sants , histórico club barcelonés que organiza la carrera desde 1923. Desde entonces, han portado y ganado dicho maillot corredores tan ilustres como Eddy Merckx, Sean Kelly, Miguel Indurain, Alejandro Valverde, los andaluces José y Antonio Gómez del Moral o el máximo vencedor de la carrera, Mariano Cañardo.
De Cataluña a Andalucía
Arteman fue responsable de la organización y dirección de la Volta a Catalunya durante sus tres primeras ediciones. Establecido posteriormente en Sevilla, donde murió en 1960, compaginó sus labores como secretario de la Unión Velocipédica Española (UVE) , el precedente de la actual Real Federación Española de Ciclismo, con la puesta en marcha de la Vuelta ciclista a Andalucía . La primera edición de la ronda andaluza se celebró en 1925 con cinco etapas y bastante repercusión. No obstante, por motivos económicos hubo que esperar 30 años para que volviera a disputarse esta carrera hoy completamente consolidada en el calendario.
«El paso de los ciclistas por una población es cosa de un minuto, pero la estela que dejan es infinita», dejó escrito en Mundo Deportivo Miguel Arteman tras la primera edición de la Volta. La estela que él dejó sigue muy presente un siglo después en las carreteras catalanas y también en las andaluzas.
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