Vuelta a España
Aitana, la última batalla
Nairo Quintana y Chris Froome se juegan el triunfo en la Vuelta en una espectacular etapa culminada con una durísima ascensión de 21 kilómetros
La única contrarreloj individual de esta edición, con la exhibición de Chris Froome en los 37 kms. entre Jávea y Calpe, ha resucitado una Vuelta 2016 emocionante pero parecía que decidida en favor de Nairo Quintana , y será este sábado el Alto de Aitana el que, como esperaban los organizadores cuando diseñaron el recorrido, sentencie la carrera.
Apunta a una batalla en toda regla camino del tercer y último puesto considerado de categoría Especial en esta edición, tras los Lagos de Covadonga y el Col d'Aubisque. Una larga ascensión de 21 kms. y 1.240 metros de desnivel al 5,9 por ciento que decidirá pero que puede que no sea el punto clave de la carrera. Al menos, eso anuncian los protagonistas.
El primero Froome, el gran candidato, quien aventura una jornada explosiva desde el inicio, con mucha estrategia y terreno para ella en los cuatro altos todos previos a la subida final. Todos de Segunda.
Para ello, el británico dispuso a su equipo, al que reservó en la crono para vengarse mañana del despiste que le costó en Formigal los dos minutos y 37 segundos que le amargaron la última semana de una prueba que veía, por fin, con serias opciones de ganar.
El segundo, el líder, Quintana, quien espera un ataque del Orica, el gran damnificado de la crono al perder el tercer puesto de Esteban Chaves en la General y, consecuentemente, un movimiento de Alberto Contador , el que se lo arrebató.
Teme Quintana que una acción del pinteño le complique las cosas como se las dificultó a Froome camino de Formigal. Por eso no quiere que su equipo de «ni un metro» al pinteño para que se mueva.
Aunque el colombiano a quien se va a pegar es a Froome, que en la contrarreloj le recortó las dos terceras partes de la sólida ventaja que le sacaba, de 3:37 a 1:21, y del que ya conoce como se las gasta cuando ataca de sus sufrimientos contra el inglés nacido en Kenia en el Tour.
Quintana confía en esa «buena ventaja» que es aún un minuto y veintiún segundos, en sus piernas y en el poderío de su equipo. Pero también sabe que como se agite mucho una etapa con cinco puertos cono la de mañana es imprevisible hacia donde salga el descorche.
Bien lo sabe Contador, experto en la materia y aún esperanzado en poder dar uno de esos golpes de timón que aterran a sus rivales y con los que conserva un indudable protagonismo a pesar de haber cedido en fortaleza.
El líder del Tinkoff espera un ataque del Orica para volver a desbancarle de un podio que no le es un mal premio a una Vuelta que ha llevado «a contrapie».
Pero a Contador —que supera a Chaves en 1:11— todo lo que no sea ganar no acaba de llenarle y con lo que sueña para Aitana es con un pelotón roto del que el más listo -que suele ser él- saque buena tajada. Por eso quiere sacar partido de un «Sky que tiene que jugarsela al todo o nada».
La cuarta pata del banco, el siempre ofensivo Orica, también tiene sus expectativas, ya que su director Neil Stephens ve la de mañana como la segunda etapa más dura de la Vuelta 2016 .
Así que Froome anuncia guerra, Quintana ve ataques hasta de un Orica que se relame con un día al abordaje y Contador sonríe, en una posición agazapada y a la expectativa muy alejada a su ambición y carácter, de cara a una jornada que apunta a batalla sin cuartel.
Un día que se espera a la altura de la etapa por la sierra madrileña de la edición de 2015 que, también el día anterior al paseo por Madrid, arrebató inesperadamente el italiano Fabio Aru al holandés Tom Dumoulin.
Quintana estará más arropado por el Movistar que Dumoulin entonces por un Giant penoso. Pero también Froome es mucho más poderoso y peligroso que Aru. Aitana, sus 21 kilómetros de ascensión y los 172 kms. previos salpicados de puertos sentenciarán.