La victoria se le resiste a Alejandro Valverde

«Esprinta tú», le dice Alejandro Valverde a su lanzador, José Joaquín Rojas, murciano como él, antiguo velocista como él, su compañero en el Movistar, compadre en los entrenamientos de la grupeta pimentonera. Valverde no quiere lanzarse al esprint desde la angosta carretera que une la Sierra de Francia con Ciudad Rodrigo, pese a que el grupo es muy reducido y el Movistar le reconoce los galones que le corresponden. Valverde, 40 años y 127 triunfos, ganador de todo salvo el Tour, se anima y estira el cuello en la avenida de la localidad salmantina, pero ya nada es como antes. Lo remontan tres ciclistas que no son velocistas, entre ellos Roglic, que atrapa seis segundos más en la bonificación para defender este sábado en La Covatilla. En la meta se impone el danés Cort Nielsen.

La Vuelta da sus últimas bocanadas por parajes de la España vacía y hermosa en el Parque Natural de las Batuecas y la zona norte de las Hurdes, en la frontera de las provincias de Salamanca y Cáceres. Tierra dura y fabulosa de pueblos con encanto, naturaleza salvaje y paisajes para quedarse.

Por allí escapa una locomotora, el francés Remi Cavagna. Su tren sale puntual a la hora de fabricarse la fuga y a él se grapan unos cuantos aventureros que confían en la solvencia del campeón galo de contrarreloj.

Se pasa el Portillo de las Batuecas, su descenso en zig zag que recuerda al Stelvio, la Madeleine o cualquier otro puerto del escenario ciclista mejor publicitado que el español. Se sube el puerto del Robledo , otra bellísima ascensión en el límite de provincias. Y nadie puede con Cavagna, que primero distancia a los otros fugados y más tarde desafía a todo el pelotón en las largas rectas hacia Ciudad Rodrigo.

El francés da un recital, se exhibe poderoso y casi doblega al pelotón que conduce el Movistar. El equipo español quiere ganar, Valverde o Rojas. El capitán de 40 años se lanza al esprint y pronto queda claro que hay otros corredores más rápidos en ese grupo. Valverde se queda a cero , como la temporada que le niega lo que mejor conoce, el éxito.