El seleccionador de ciclismo, a la caza de un sueldo

Como otras tantas veces, habían quedado a comer en Valladolid Javier Mínguez, José Luis López Cerrón y Fernando Quevedo, cuadrilla ciclista de amigos que se junta por costumbre. El seleccionador, el presidente de la Federación Española y el excorredor empresario tenían una cita que, en esta ocasión, se alteró por unas declaraciones de Mínguez a Europa Press. «A este precio no sigo, Cerrón me ha engañado», rezaba el titular. Mientras degustaban los arroces especialidad de la casa y algún tinto de la Ribera del Duero en el restaurante El Olivo de Valladolid, los teléfonos echaban humo. ¿Incendio en la Federación después del oro de Alejandro Valverde? En realidad, no. Más sencillo. Se trata de un seleccionador nacional, a la caza de un sueldo que se equipare con su cargo.

Mínguez (69 años y reciente padre de un chaval rubísimo) llegó al puesto de s eleccionador de ciclismo en ruta en 2013 , coincidiendo con el nombramiento de López Cerrón como presidente de la Federación en sustitución de Juan Carlos Castaño. Y según ha comentado en infinidad de ocasiones, aceptó a cambio de nada. «Cerrón siempre me dijo que no había dinero en la Federación, porque en realidad está mediatizada por la subvención del Consejo Superior de Deportes y con una deuda de tres millones de euros», dijo a ABC. «Mi relación personal con Cerrón es de diez, no así mi relación laboral porque él tiene que conseguir dinero para pagar a la gente. Enfrentamiento no hay ninguno. Si acabamos de salir de comer...».

En 2014 Mínguez fue asesor deportivo del Mundial organizado en Ponferrada (León) y en 2015 firmó un contrato de 25.000 euros anuales. Cierto es que un seleccionador de ciclismo no tiene el trajín laboral de sus homólogos en el fútbol, el baloncesto o el tenis, pero la cifra se le queda escasa a Mínguez en el caché. «Ya sabemos que el ciclismo no es el fútbo l y que yo me divierto y me apasiono con este trabajo, pero si el sueldo de un seleccionador no se aproxima a la realidad, apaga y vámonos...».

Lo que hace Javier Mínguez es lanzar un mensaje al Consejo Superior de Deportes (CSD) , el organismo distribuidor del dinero, y a su presidenta María José Rienda, la administradora de las subvenciones, a través de su amigo y presidente Cerrón.

Se acerca la época de la negociación de los presupuestos de las federaciones nacionales y el momento es apropiado, con la medalla de oro de Valverde sobre la mesa. La Federación de Ciclismo expone su presupuesto dividido en partidas y el CSD decide la subvención que destina a cada estamento en función de estos segmentos. En la casilla de Excel correspondiente al seleccionador, confía Mínguez que los guarismos mejoren.