Vuelta a España

Roglic impone el discurso escaso

El líder trata de limitar al máximo sus comparecencias ante la prensa

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Ahora que es el príncipe de la Vuelta, uno de los personajes más populares y cordiales de la ronda si no el que más pese a llevar más de veinte años retirado, a Pedro Delgado le gusta recordar de vez en cuando que era sieso cuando competía. El jovial Perico que ahora comenta chanzas en la televisión y atiende a los aficionados con simpatía y paciencia era un erizo como estrella del pedal. Lo reconoce y lo explica. «Cuando eres profesional, tiendes a protegerte más que a explayarte». Tal vez por eso el segoviano puede entender a Primoz Roglic.

Los campeones del ciclismo no se han significado por su carácter dócil y complaciente con los medios de comunicación. Suelen advertir de la inoportunidad de las entrevistas o las ruedas de prensa que incomodan su descanso. Llegar tarde al hotel , instalarse en la camilla para el reconfortante masaje y cenar con retraso suele ser culpa de la prensa y sus cuitas.

Sucedió con Induráin y su espíritu tranquilo, Armstrong y su corte de empleados, Contador y sus asesores de prensa, o los sucesivos líderes del Sky en el Tour. Bradley Wiggins escupió a los periodistas al llamarles «pajilleros » cuando alguien le preguntó por una cuestión relacionada con el dopaje.

En la Vuelta manda Primoz Roglic, chico de rasgos eslavos que también tiene algo de los países del este en su comportamiento esquivo y tendente a la aspereza.

Desde que cogió el maillot rojo en la contrarreloj de Pau, el esloveno ha impuesto la ley del discurso escaso en materia comunicativa. Va muy rápido en la carretera y habla poco en las salas de prensa. Ni defecto ni virtud. Un hecho real.

Al jefe del Jumbo no le interesa demasiado el protocolo después del podio, las entrevistas con la televisión (opcional) y la obligatoria rueda de prensa diaria con los medios de comunicación, preceptivo en cualquier carrera salvo imponderable.

Roglic ha hecho lo posible para acortar sus intervenciones ante la prensa. Utiliza varias tácticas, todas lícitas. A veces responde muy corto, sin llegar al monosílabo, pero sí en alocuciones tajantes. en otras ocasiones limita su presencia indicando a la jefa de prensa de la ronda, Laura Cueto, que s olo aceptaría cinco preguntas . Y una estrategia más: pidió desde el primer día que la traducción simultánea (siempre responde en inglés) se realizase después de contestar a todas las cuestiones, no una por una.

Entiende así, como Perico, Induráin, Armstrong, Contador, Froome o Egan Bernal, que gana tiempo para su recuperación física diaria . Guste o no, es la tendencia en la Vuelta 2019.

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