Vuelta a España
Radiografía del Gamoniteiro, el puerto total
La logística de la carrera ha retrasado la aparición de esta cima, que tiene todos los condimentos para ser referencia
Desde hace nueve meses el Alto del Gamoniteiro es la estrella de la Vuelta. Una atmósfera de expectación ha envuelto a este coloso asturiano desde que la ronda se presentó en Burgos en enero. Lo estimulan las cifras, los datos de una ascensión con pocas similitudes en España, y la perspectiva de unas imágenes que se presumen espectaculares. A la espera de verlo en acción este jueves, el Gamoniteiro tiene todos los condimentos para convertirse en una referencia para los aficionados que santifican los puertos.
Hace cuatro o cinco años que la la dirección de la Vuelta a España conoció la existencia de esta montaña, que sigue el curso del puerto de la Cobertoria y se abre a la derecha por un terreno angosto, con tramos de hormigón y apariencia descarnada. Se lo comentaron las autoridades de la zona a Javier Guillén, alcaldes de los pueblos cercanos que han acogido salidas o finales de la ronda.
Pero parecía medio imposible acceder a la cumbre, espacio muy reducido para acoger la logística y las unidades móviles de la ciudad itinerante de la Vuelta. « Es una montaña muy rocosa, en la que no hay una explanada y en la que se puede tocar muy poco el entorno», explica Kiko García, director técnico de la carrera.
Hace dos años empezó a plantearse la llegada de la Vuelta a las antenas del Gamoniteiro, con un premisa por delante: reducir el aforo en el alto. Planteada como final de etapa en esta edición, la organización limita los accesos . Los coches de los equipos, el combo de TVE y lo mínimo imprescindible por parte de Unipublic.
El resultado es un puerto con cuajo, muy largo, que une el ascenso de La Cobertoria a la parte final del Gamoniteiro, y unos porcentajes que se hacen respetar: 14,6 kilómetros hasta 1.770 metros de altitud, con un desnivel medio del 9,6 por ciento , dos zonas extensas que no bajan del 10 por ciento, y una pendiente máxima en la parte final del 14 por ciento.
Imponente apariencia que recuerda a los mejores puertos del Tour en los Alpes o los Pirineos. «Es un puerto difícil de encontrar con estas características , que empalma dos subidas muy fuertes -cuenta Kiko García-. Yo creo que se puede convertir en una referencia para los aficionados».