Tour de Francia

Pogacar vuelve a vencer en los Pirineos y deja atado su segundo Tour consecutivo

El esloveno aprovechó un ataque de Enric Mas en los metros finales del Luz Ardiden para asestar el golpe definitivo a la etapa 18

Pogacar tras ganar en Luz Ardiden AFP

I. M.

Tadej Pogacar quiere escribir su nombre en oro en la historia del ciclismo. Volvió a coronar en una etapa reina del Tour (la 18, donde habita el Tourmalet) y asegura su segundo título consecutivo en la gran vuelta gala. Con su triunfo en Luz Ardiden consigue su tercera etapa en este Tour, la segunda vestido de amarillo.

Cuando julio llega a su ecuador, el Tour empieza a morir. Pero no se puede despedir la mejor vuelta del mundo antes colmar su Olimpo, el Tourmalet , el puerto suicida donde los más grandes escribieron su historia. Era la etapa 18, la que conectaba Pau con Luz Ardiden, otra dura cuesta pirenaica que participa en la construcción de la mística de la vieja carrera.

Con el amarillo decidido por la joven leyenda, Tadej Pogacar, (que salvo catástrofe va a conseguir su segundo Tour consecutivo con tan solo 22 años) la emoción de la etapa centenaria residía en la conformación del podio. La revelación Vingegaard , Carapaz y Urán luchaban por acompañar al esloveno en los Campos Elíseos.

Antes de llegar al Tourmalet, el pelotón pedaleaba tranquilo por los verdes valles pirenaicos; un ambiente idílico en el que se respira, siempre y en cualquier supuesto, ciclismo. Ante tal pura estampa y aún lejos del pico, el siempre estoico Julian Alapilhippe atacó. El campeón esloveno, Matej Mohoric , siguió al galo en esa misión suicida que pretendía alejarse definitivamente del pelotón, en busca de una victoria épica. La lógica venció y la colmena de ciclistas les alcanzó antes de alcanzar la cima especial del Tourmalet. Ambos, a sabiendas de lo imposible de sus intenciones, chocaron sus puños en un gesto de complicidad al ser alcanzados.

En la bajada del primer puerto sin clasificar de la jornada, David Gaudu , líder del Groupama en ausencia de Pinot, que vive un Tour con altibajos, se marchó en solitario, pero fue aspirado, inevitablemente, al pelotón en el ascenso a Luz Ardiden. Con los mejores ya en la cabeza tras la maratoniana paliza de sus peones, la pelea por la etapa daba comienzo.

Si ayer fue el día de los escuderos de Pogacar, hoy los protagonistas fueron a los gregarios del Ineos en su misión de aupar a su líder Carapaz a la segunda plaza en la general. Pero Pogacar está hecho de otra pasta: sube cuestas verticales silbando. Un tímido ataque de Enric Mas sirvió de excusa al balcánico para lanzar el contragolpe. Y como parecía estar escrito, volvió a ganar de amarillo en los Pirineos tras su exhibición de ayer en el Col du Portet. El joven prácticamente confirma su segundo Tour y aspira seriamente a convertirse en leyenda: tiene una edad pletórica, una serenidad impropia y unas piernas extraterrestres.

Por su parte, el noruego Vingegaard consiguió amarrar su segunda plaza en la general y mantiene los seis segundos que le distancian de Carapaz. Mas, el líder del Movistar, tras su buena etapa de hoy, se acerca al top cinco, un objetivo menor tras aspirar al podio por segundo año consecutivo.

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