Tour de Francia
Pogacar revienta el Tour en la contrarreloj
El último vencedor de la carrera logra mucho tiempo de ventaja con sus rivales. Van der Poel resiste con el amarillo por 8 segundos
No hay antídoto a la vista para el último fenómeno del ciclismo. Tadej Pogacar revienta el Tour en la primera contrarreloj, etapa cinco, ni superada la semana inicial y ya se explaya el esloveno de 22 años con la naturalidad que emana de su potencia en la bicicleta. Pogacar, que puede ser el mejor escalador de la carrera, ganó la contrarreloj que debía encumbrar a Van Aert, el prodigio belga que todo lo hace bien. La generación de oro del ciclismo acampa en el Tour como si estuvieran en el jardín de su casa. Vence Pogacar y Mathieu van der Poel aguanta el maillot amarillo, solo ocho segundos, pero conquistados a fuego. La cara roja, que explotaba en los bordes del casco para mantener el sueño de la ambición.
Las contarrelojes del Tour, salvo honrosas excepciones ( aquella de Lemond y Fignon , los paseos imperiales de Induráin por lo que nos toca en España, la del año pasado con Pogacar derrocando a Roglic) suelen ser un recuento de minutos y segundos, sin mayor gracia que analizar lo sucedido.
Aunque es el terreno máximo de expresión del ciclista, el escenario donde se pierden o se ganan carreras, para el espectador suele ser menos emocionante que el cuerpo. No fue así este miércoles de junio, fantástica la pelea entre los mejores.
A Stefan Kung se le quedó la cara de cristal cuando Pogacar irrumpió en el primer punto de cronometraje y fulminó los registros. Es impetuoso y no suele frenar el esloveno de 22 años, pero aquello tenía pinta de carnicería y rendición para muchos.
No para Van der Poel , orgulloso defensor de su casaca amarilla por quinto día consecutivo, una bendición para el ciclismo esta furia holandesa. No es contrarrelojista, pero lo parece. No es escalador, pero aún no sabemos su rendimiento en el Tour. En teoría no debe estar en la pugna por el amarillo en los Alpes, pero quien sabe hasta dónde puede llegar.
En el festival de ciclistas daneses (hubo cuatro clasificados entre los diez primeros durante muchos minutos, Vingegaard, Bjerg, Asgreen y Andersen) se vieron las costuras a algunos candidatos. Mal Geraint Thomas, ganador del Tour 18, doliente receptor de una caída de hombre dislocado hace unos días. Mal Nairo Quintana, quien ya ha dicho que quiere etapas y olvidar el estrés de la general. Y mal Supermán López, el colombiano del Movistar.
Tampoco Roglic compareció a su altura habitual, 44 segundos peor que Pogacar. El rastro de sus magulladuras se ha dejado sentir en su rendimiento. Estuvo aceptable Enric Mas , un escalador de poco peso, que perdió 1.49 con el esloveno volador. También en su sitio Richard Carapaz (cedió 1.43).
La contrarreloj otorga un escenario propicio para Pogacar y su equipo, el Emirates, y otro itinerario para el Jumbo , dominante el año pasado y obligado a contraatacar ahora. Tiene alternativas con Van Aert (a 22 segundos de Pogacar en la general), Vingegaard (1.35) y Roglic (1.40). Aliado en intereses con el Alpecin de Van der Poel, Pogacar duerme hoy a pierna suelta después del estropicio que ha provocado en el Tour.