Mikel Landa abandona el Giro con la clavícula y varias costillas rotas

No hay consuelo ni brizna de suerte para Mikel Landa, entusiasta hasta la extenuación, siempre aspirante a dejar constancia de su apellido, pero ciclista sin suerte. El ciclismo es riesgo, y el riesgo implica caídas. A Landa siempre le sucede algo que le impide patentar el talento. En el Giro de Italia, un día después de su hermosa iniciativa al ataque en el primer puerto, se retira en ambulancia después de una caída a cuatro kilómetros de la meta. Mal fario. La clavícula y varias costillas rotas. Lástima.

Viene el día entre bostezo y cabezazo. Una de las etapas más planas de la historia que se recuerda, con menos desnivel en zona costera, Cesena y Rímini, dos parajes que recuerdan inevitable a Marco Pantani, gloria y tragedia en la misma tierra.

Región motoril por excelencia. Módena, la ciudad puerta de entrada a la sede de Ferrari en Maranello, Ímola el circuito donde se estrelló para la eternidad Ayrton Senna, Misano el trazado de motos donde practicaba Marco Simoncelli, Faenza sede del equipo AlphaTauri de Fórmula 1, antiguo Toro Rosso.

Cosas que contar porque en la etapa no pasa nada, salvo el cansancio y el dolor de piernas de los ciclistas. Llegan los últimos kilómetros y cual premonición maléfica, empiezan a rodar ciclistas por el suelo. Primero Sivakov, a quien nadie espera en el Ineos, y que se retira luego con el hombro dañado. Después, uno de los UAE y otro del Bardiani. Y a cuatro kilómetros de la meta, en la que etapa que al sprint gana Caleb Ewan , el desconsuelo.

Mikel Landa sale rebotado de un impacto que afecta a Dombrowski, el ganador ayer, y un ciclista del AG2R. El americano choca contra un operario que señaliza una isleta en la entrada a Cattolica y cae hacia el lado por donde pasa Landa. Los otros se levantan magullados. El español no puede, queda tendido en el suelo, mientras el pelotón galopa.

Cuatro corredores del Bahréin se descuelgan, Rafa Valls trata de elevar al vitoriano, pero no hay manera. Siguen su camino. Landa no puede continuar y se marcha del Giro en una ambulancia. En el hospital cercano le diagnostican una fractura de clavícula, situación normal en un ciclista abatido. También varias costillas rotas, muchomás doloroso. Es la primera vez que se retira por una caída en el Tour, el Giro o la Vuelta. En 2016 se marchó del Giro por un virus estomacal.