A los españoles les cuesta ganar en la Vuelta

En Orense, previo paso por la Ribeira sacra y los meandros del Sil, el Movistar vuelve a rematar al palo en la carrera que más se ve al equipo telefónico. Pocas veces en la historia de Movistar, antes Caisse d'Epargne y Baleares, mucho antes Banesto y en el pleistoceno el Reynolds, ha sido tan protagonista en una carrera. Moviendo cartas, jugando bazas, apostando por lo propio y mezclando la tradicional prudencia navarra con la osadía del que nada tiene que perder. De nuevo es Marc Soler el apellido que registra ese cambio mental, pero otra vez se queda sin premio. En la rampa de acceso al centro de Orense repite triunfo Tim Wellens, el belga que dio voz a la España vacía y a «Teruel existe» con sus andanzas junto a Thomas de Gent.

Enfila Vuelta la recta final y da la impresión que el desenlace queda expuesto para la Covatilla, el puerto salmantino donde Roglic defiende, Carthy espera agazapado y Carapaz sueña con dar un giro a los acontecimientos. Porque Enric Mas ya no está. «Bueno, están por ahí las vacaciones...» , dijo medio en broma al finalizar la etapa.

La jornada tuvo el aliciente de una victoria española en las piernas de Marc Soler, el único que ha ganado este año en el Movistar (Challenge de Mallorca y una etapa en la Vuelta) en un año vacío de contenido para los españoles. Solo Soler e Ion Izaguirre han logrado victorias en la Vuelta. El resto, son extranjeras.

Un dato que confirma la salud endeble de nuestro ciclismo, que se marchó sin éxitos del Tour de Francia y también del Giro de Italia, y que no se ha aproximado a la clasificación general en ninguna de las tres grandes. Landa hizo cuarto en el Tour , Pello Bilbao fue protagonista en el Giro sin podio. Y la Vuelta lleva el mismo camino con Enric Mas como mejor clasificado, sin opción a los tres primeros.

El tránsito de Contador, Purito Rodríguez, Sastre y Valverde hacia el agujero negro se está confirmando cada día.