Vuelta a España

Enric Mas aguanta, Mikel Landa se apaga

Triunfo del australiano Storer en el durísimo Balcón de Alicante el día de la retirada de Valverde

CHARLY LÓPEZ

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Está consternada la Vuelta, el ciclismo y la afición al deporte por esa secuencia de imágenes en la caída de Alejandro Valverde, el terraplén, las lágrimas del campeón, el abrazo de su director, la inevitable retirada... Puede ser el último baile de Valverde, 41 años, 15 ediciones de la Vuelta, solo dos abandonos, 129 victorias desde 2002, un ejemplo al que no espera la Vuelta, que sigue su curso y dicta sentencias. Verona casi homenajea al compañero herido, pero el australiano Michael Storer tiene más pulmones en la terrible lengua de alquitrán del Balcón de Alicante, epílogo de una dura jornada de sube y baja al calor de las serranías. En la pared levantina hay más evidencias. El vagón de Roglic es el termómetro de la victoria final. Ahí aguanta solvente otro día Enric Mas, alma de fondista, también el ganador del Giro Egan Bernal, la osadía de Adam Yates más Supermán López y, sorpresa, David de la Cruz. No está Mikel Landa, héroe del landismo, ya medio descabalgado a 1:42 del líder esloveno.

El día viene ligado al equipo Movistar, protagonista en la fuga de la fuga con Carlos Verona . El madrileño se anima en una actitud de grupo atacante, tan revitalizadora de un equipo habitualmente cauto. La sesión resulta tortuosa porque el calor es intenso y el terreno muy sinuoso, lanzados los ciclistas como si fuese la última etapa.

Los fugados ingresan en el último descubrimiento de la Vuelta, el Balcón de Alicante, un mínimo reguero de alquitrán en forma de pared. Tan vertical resulta que los corredores se retuercen en el tramo que cierra la carretera, desniveles al veinte por ciento que obligan a los mejores a hacer eses, de lado a lado, para franquear la pendiente.

Verona ataca, pero encuentra la respuesta de un talla S, el australiano Michael Storer , pequeño, recogido, liviano. Un prototipo adaptado a las cuestas máximas. Storer coge unos metros y tanto Verona como Sivakov pierden el paso. Unos metros. Son suficientes para definir la jornada. En algunos giros, el ciclista del Movistar no ve al australiano, pese a que la distancia parece mínima. Tampoco hoy será el día de la victoria española. El producto nacional está de capa caída en los últimos tiempos, tan solo Valverde salva los muebles de cuando en cuando. Gana Storer. Verona es segundo.

En el microscopio de Roglic, solo Adam Yates empuja con pulmones. El Balcón de Alicante vuelve a decretar la otra realidad. En el vagón español, Enric Mas aguanta el paso de los mejores y sigue firme, sin mancha, tercero a 25 segundos del esloveno. Cumple una primera semana impecable, corredor de fondo, a la espera de más montañas y más kilómetros que echarse al cuerpo. En el grupo de Mas, Roglic, Supermán, Bernal, Vlasov y De la Cruz no está Mikel Landa. Un escalador que cede tiempo en la contrarreloj y también en la montaña. No llegó con los mejores en el Alto de Cullera -«era muy explosivo», dijo- y tampoco lo hizo en la serranía de Alicante. Su estela se apaga, ya a 1:42 de Roglic.

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