Ciclismo | Vuelta a España
Empate en una etapa antológica
Nairo no logra soltar a Froome en un soberbio viaje de ciclismo por los Pirineos. Contador volvió a ceder y Yates escala al podio
Cuando menos se espera, el ciclismo regala episodios que reconcilian a los aficionados con su deporte. Camino del Aubisque, en el corazón de los Pirineos y del Tour, sucedió algo de esto. Una jornada antológica, bendita locura en la Vuelta a España, homenaje a un deporte maravilloso. Hubo empate en la cima del puerto centenario, ya que Nairo Quintana no pudo soltar a Chris Froome pese a que lo intentó de veras esta vez, sin la pasividad que mostraron su equipo y él en el Tour. Contador no puede con estos dos gigantes y volvió a ceder tiempo: veinte segundos. Irrumpió un ciclista con aspecto de fenómeno, Simon Yates, que atacó en el Aubisque y se ha incrustado entre los cuatro primeros. Fue el epílogo a una aventura excelsa, que arrancó con un ataque en bloque de 40 corredores (tres del Movistar) que puso en jaque al Sky. Valverde casi diez minutos. En la cima ganó el holandés Robert Gesink, al que se lleva esperando meda vida y al fin ganó algo importante.
El ciclismo también descubre tesoros de la naturaleza. Otro visión en una etapa inolvidable. El puerto de Inharpu , fabulosa montaña en la frontera de Navarra con Francia que ni siquiera el Tour ha descubierto y de la que ya se ha apropiado la Vuelta. Magnífico paraje, carretera endiablada, estrecha, rugosa, lo mejor que se ha visto en años. Para disfrutar de la bicicleta y extasiarse en la cumbre.
Por allí circuló una escapada de 40 hombres que trituró al Sky. Grupos siempre unidos, por delante y por detrás, en persecución del éxito. Tímido fue el Movistar , quien situó en vaguardia a Dani Moreno (séptimo en la general) y a Rubén Fernández, el mejor gregario de la ronda.
Pasaron los puertos (el Soudet, el tremendo Marie Blanque ) y no cayó la fuga. Se fue desmembrando, pero resistió porque había medio pelotón allí. De ese descuadre surgió Gesink y otros en el Aubisque, donde presentó credenciales Simon Yates, quien se había lanzado en el descenso en maniobra perfecta del Orica.
Yates hizo camino en el último puerto, casi 200 kilómetros después, mientras el Sky se diluía víctima de la fatiga. Nairo atentó contra Froome en el Aubisque, una, dos, tres y cuatro veces. Y siempre respondió el inglés, superlativo en su defensa, sin atender al potenciómetro, sino al colombiano. Bravísimo el británico, cuyo impulso tachó a Contador del duelo que se presenta apasionante en la última semana.
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