Ciclismo
La edad de oro de Valverde
A los 37 años y después de ganar su quinta Flecha Valona, se muestra pletórico en una temporada sublime
![La edad de oro de Valverde](https://s3.abcstatics.com/media/deportes/2017/04/20/valv-ko0H--620x349@abc.jpg)
Hace once años que Alejandro Valverde descubrió el elixir del éxito en la Flecha Valona, la clásica de las Árdenas que cierra cada edición en el muro de Huy. Era un recién llegado a la estructura de Eusebio Unzué (entonces patrocinado su equipo por el banco francés Caisse d'Epargne ), pero ya le precedía su fama. Era el Imbatido, como le conocían en las categorías inferiores. Corría Valverde con su hoy director José Luis Arrieta, contra Óscar Freire, Paolo Bettini, Franck Schleck o Karsten Kroon, estrellas del pedal que ya han sucumbido a la edad, el declive o las sanciones. Valverde, a punto de cumplir 37 años, parece inmune a todos los obstáculos. Hace once años que ganó la primera Flecha y ahí sigue. Este miércoles se agenció la quinta, la cuarta consecutiva en una secuencia (2014, 2015, 2016 y 2017) que permite considerar a Huy como el jardín del murciano.
En el ciclismo gana uno y pierden 200 cada día. Pero esa estadística no cuenta para Valverde, el corredor con más talento para vencer que ha dado nunca el ciclismo español. No para adueñarse del Tour, la Vuelta, el Giro o cualquiera de las grandes que exigen regularidad, dotes en la contrarreloj, agilidad para escalar y resistencia para aguantar. Vencer en el amplio sentido de la palabra. Valverde es el más cualificado para ello.
En Huy lo hizo tan bien ayer que el ciclismo parece fácil en una rampa del 22 por ciento de desnivel ( 22 metros de elevación por cada 100 de longitud ). Como si nada se despidió de la corte de aspirantes que soñaban con derrocarlo (Daniel Martin, el colombiano Henao y su Sky) y que se miraron absortos en la distancia, sin comprender de dónde saca el murciano ese reprise para acelerar en pequeñas cotas montañosas.
Valverde ganó por la inercia que transporta sus virtudes en la bici. Allí donde todos podemos ver dificultades para escalar, apretar o simplemente aguantar, el murciano descubre una alfombra deslizante.
Una vez que se ha despojado de las obligaciones morales con el Tour (carrera que nunca ganará y en la que lloró al conseguir el tercer puesto hace un par de veranos), la Vuelta o el Giro, ahora que tiene a Nairo Quintana para esos menesteres, Valverde disfruta en la bici y abruma a la competencia.
En esa despreocupación, navega en la ola de un 2017 colosal . Ha conseguido casi todo lo que ha disputado. La Vuelta a Murcia (en su casa), la Vuelta a Andalucía (en riña con Contador), la Volta a Cataluña (otro podio del madrileño), la Vuelta al País Vasco (que se le resistía) y la Flecha Valona (ya había superado a Eddy Merckx). Todo, en apenas dos meses. Una colección sin igual para quien vive su propia edad de oro con la jubilación al fondo del pasillo.
Noticias relacionadas